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Salmos 102:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

1 Escucha, Señor, mi oración; llegue a ti mi clamor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Señor, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Señor, escucha mi plegaria, que mis gritos lleguen hasta ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oración de un afligido que desmaya, y en presencia de YHVH derrama su querella. ¡Oh YHVH, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oración del afligido cuando, desfalleciente, derrama su queja delante del Señor.

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Salmos 102:1
28 Referans Kwoze  

Después los sacerdotes y los levitas se pusieron de pie y bendijeron al pueblo, y el Señor los escuchó; su oración llegó hasta el cielo, el santo lugar donde Dios habita.


Dice el Señor: «Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos, pues al pobre se le oprime, y el necesitado se queja».


Ya no me queda aliento; dentro de mí siento paralizado el corazón.


Respóndeme pronto, Señor, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro, o seré como los que bajan a la fosa.


Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.


En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!


»Señor, escucha mi oración, atiende mi clamor; no cierres tus oídos a mi llanto. Ante ti soy un extraño, un peregrino, como todos mis antepasados.


Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.


Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria.


Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo.


Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio! Selah


Me acuerdo de Dios, y me lamento; medito en él, y desfallezco. Selah


Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios,


Te envuelves en una nube para no escuchar nuestra oración.


Por más que grito y pido ayuda, él se niega a escuchar mi oración.


Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.


En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión.


Entonces se deshicieron de los dioses extranjeros que había entre ellos y sirvieron al Señor. Y el Señor no pudo soportar más el sufrimiento de Israel.


«Mañana, a esta hora, te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como gobernante de mi pueblo Israel, para que lo libre del poder de los filisteos. Me he compadecido de mi pueblo, pues sus gritos de angustia han llegado hasta mí».


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