Salmos 10:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

⁶ Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer. Siempre seré feliz. Nunca tendré problemas».

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Piensan: «¡Jamás nos sucederá algo malo! ¡Estaremos para siempre sin problemas!».

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Dice en su corazón: 'Soy inquebrantable, la desgracia jamás me alcanzará'.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ Y dice en su corazón: No seré conmovido jamás, El infortunio no me alcanzará.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ En su interior se dice: 'Jamás sucumbiré ni tendré nunca reveses'.

Salmos 10:6 Referans Kwoze

Salmos 11:1

En el Señor hallo refugio. ¿Cómo, pues, os atrevéis a decirme: «Huye al monte, como las aves»?

Salmos 14:1

Dice el necio en su corazón: «No hay Dios». Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno!

Salmos 15:5

que presta dinero sin ánimo de lucro, y no acepta sobornos que afecten al inocente. El que así actúa no caerá jamás.

Salmos 30:6

Cuando me sentí seguro, exclamé: «Jamás seré conmovido».

Eclesiastés 8:11

Cuando no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se llena de razones para hacer lo malo.

Isaías 47:7

Dijiste: “¡Por siempre seré la soberana!” Pero no consideraste esto, ni reflexionaste sobre su final.

Isaías 56:12

«¡Venid, busquemos vino! ¡emborrachémonos con licor! —gritan a una voz—. ¡Y mañana haremos lo mismo que hoy, pero mucho mejor!»

Nahúm 1:10

Serán consumidos como paja seca, como espinos enmarañados, como borrachos ahogados en vino.

Mateo 24:48

Pero ¿qué tal si ese siervo malo se pone a pensar: “Mi señor está tardando”,

1 Tesalonicenses 5:3

Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar.

Apocalipsis 18:7

En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo, dadle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”.