Proverbios 29:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

²⁴ El cómplice del ladrón atenta contra sí mismo; aunque esté bajo juramento, no testificará.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁴ El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; Pues oye la imprecación y no dice nada.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁴ Si ayudas a un ladrón, solo te perjudicas a ti mismo; juras decir la verdad, pero no testificarás.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁴ Busca su propia ruina y es cómplice del ladrón, el que nada dice cuando hacen jurar a los que saben.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁴ El que se asocia a un ladrón aborrece su propia alma, Oye la maldición, pero no lo denuncia.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁴ El cómplice del ladrón se odia a sí mismo: oye la maldición, pero no lo denuncia.

Proverbios 29:24 Referans Kwoze

Proverbios 15:32

El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo; el que la atiende gana entendimiento.

Proverbios 20:2

Rugido de león es la furia del rey; quien provoca su enojo se juega la vida.

Proverbios 6:32

Pero al que comete adulterio le falta el juicio; el que así actúa se destruye a sí mismo.

Proverbios 8:36

Quien me rechaza se perjudica a sí mismo; quien me aborrece ama la muerte».

Isaías 1:23

Tus gobernantes son rebeldes, cómplices de ladrones; todos aman el soborno y van tras los regalos. No abogan por el huérfano, ni se ocupan de la causa de la viuda.

Levítico 5:1

»Si alguien peca por negarse a declarar bajo juramento lo que vio o escuchó, sufrirá las consecuencias de su pecado.

Marcos 11:17

También les enseñaba con estas palabras: «¿No está escrito: »“Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? Pero vosotros la habéis convertido en “cueva de ladrones”».

Jueces 17:2

quien le dijo a su madre: ―Con respecto a las mil cien monedas de plata que te robaron y sobre las cuales te oí pronunciar una maldición, yo tengo esa plata; yo te la robé. Su madre le dijo: ―¡Que el Señor te bendiga, hijo mío!

1 Samuel 20:2

―¿Morir tú? ¡De ninguna manera! —respondió Jonatán—. Mi padre no hace nada, por insignificante que sea, sin que me lo diga. ¿Por qué me lo habría de ocultar? ¡Eso no es posible!