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Oseas 11:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

10 El Señor rugirá como león, y ellos lo seguirán. Cuando el Señor lance su rugido, sus hijos vendrán temblando de occidente.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el Señor, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ustedes seguirán a Yavé, que rugirá como león. Sí, rugirá y sus hijos vendrán temblorosos desde el occidente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Irán en pos de YHVH, quien rugirá como león, Sí, Él rugirá, y sus hijos vendrán temblando desde occidente,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 En pos de Yahveh marcharán; él rugirá como un león; a su rugido, acudirán temerosos los hijos desde el occidente.

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Oseas 11:10
36 Referans Kwoze  

»Al llegar a este punto, me palpita el corazón como si fuera a salírseme del pecho.


Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras; siento reverencia por tus leyes.


Servid al Señor con temor; con temblor rendidle alabanza.


En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar y Jamat, y en las regiones más remotas.


¡Ven, pueblo de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!


Porque así me dice el Señor: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, así también el Señor Todopoderoso descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre.


El Señor marchará como guerrero; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate, y triunfará sobre sus enemigos.


No tendrán hambre ni sed, no los abatirá el sol ni el calor, porque los guiará quien tiene compasión de ellos, y los conducirá junto a manantiales de agua.


como cuando el fuego enciende la leña y hace que hierva el agua! Así darías a conocer tu nombre entre tus enemigos, y ante ti temblarían las naciones.


Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir —afirma el Señor—. »Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.


¡Escuchad la palabra del Señor, vosotros que tembláis ante su palabra!: «Así dicen vuestros hermanos que os odian y os excluyen por causa de mi nombre: “¡Que el Señor sea glorificado, para que veamos vuestra alegría!” Pero ellos serán los avergonzados.


«Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el Señor: »“Recuerdo el amor de tu juventud, tu cariño de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierras no cultivadas.


»Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras: »“Ruge el Señor desde lo alto; desde su santa morada hace tronar su voz. Ruge violento contra su rebaño; grita como los que pisan la uva, contra todos los habitantes del mundo.


Entre llantos vendrán, y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.


Jerusalén será para mí motivo de gozo, y de alabanza y de gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo le ofrezco”.


¿Acaso has dejado de temerme? —afirma el Señor—. ¿No debieras temblar ante mí? Yo puse la arena como límite del mar, como frontera perpetua e infranqueable. Aunque se agiten sus olas, no podrán prevalecer; aunque bramen, no franquearán esa frontera.


»En aquellos días, en aquel tiempo, la gente de Israel y de Judá irá llorando en busca del Señor, su Dios —afirma el Señor—.


si no oprimís al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, ni seguís a otros dioses para vuestro propio mal,


Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a otros dioses que jamás conocisteis,


Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán los mantos y se despojarán de las vestiduras bordadas. Llenos de pánico se sentarán en el suelo; espantados por tu condición temblarán sin cesar,


Pero después los israelitas buscarán nuevamente al Señor su Dios, y a David su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.


Rugirá el Señor desde Sión, tronará su voz desde Jerusalén, y la tierra y el cielo temblarán. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas.


Amós dijo: «Ruge el Señor desde Sión; truena su voz desde Jerusalén. Los pastizales de los pastores quedan asolados, y se seca la cumbre del Carmelo».


¿Ruge el león en la espesura sin tener presa alguna? ¿Gruñe el leoncillo en su guarida sin haber atrapado nada?


Ruge el león; ¿quién no temblará de miedo? Habla el Señor omnipotente; ¿quién no profetizará?


Todos los pueblos marchan en nombre de sus dioses, pero nosotros marchamos en el nombre del Señor, en el nombre de nuestro Dios, desde ahora y para siempre.


Al oírlo, se estremecieron mis entrañas; a su voz, me temblaron los labios; la carcoma me caló en los huesos, y se me aflojaron las piernas. Pero yo espero con paciencia el día en que la calamidad vendrá sobre la nación que nos invade.


Los traeré de Egipto, los recogeré de Asiria, los llevaré a Galaad y al Líbano, y hasta espacio les faltará.


Yo mismo los fortaleceré, y ellos caminarán en mi nombre», afirma el Señor.


»Así dice el Señor Todopoderoso: »“Salvaré a mi pueblo de los países de oriente y de occidente.


Una vez más, Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


Al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix tuvo miedo y le dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando sea oportuno te mandaré llamar otra vez».


Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús,


Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor. ¡Atrevidos y arrogantes que son! No tienen reparo en insultar a los seres celestiales,


y dio un grito tan fuerte que parecía el rugido de un león. Entonces los siete truenos levantaron también sus voces.


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