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Números 24:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

7 Sus cántaros rebosan de agua; su semilla goza de agua abundante. Su rey es más grande que Agag; su reinado se engrandece.

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Biblia Reina Valera 1960

7 De sus manos destilarán aguas, Y su descendencia será en muchas aguas; Enaltecerá su rey más que Agag, Y su reino será engrandecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Agua fluirá de sus cántaros; su descendencia tendrá toda la que necesite. Su rey será más grande que Agag; su reino será exaltado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 ¡Se rebalsa el agua de sus dos baldes, su simiente está bien regada, su rey es más poderoso que Agag, y su reino crece todavía!

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 De sus cántaros fluyen aguas, Y su descendencia, en muchas aguas, Más exaltado que Agag será su rey, Y enaltecido su reino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 El agua de sus dos cubos rebosa, y su sementera es en aguas copiosas; más poderoso que Agag es su rey, y su realeza crece en poder.

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Números 24:7
29 Referans Kwoze  

Con esto David se dio cuenta de que el Señor, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino.


Salomón gobernaba sobre todos los reinos desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y la frontera con Egipto. Mientras Salomón vivió, todos estos países fueron sus vasallos tributarios.


El rey Hiram de Tiro siempre había tenido buenas relaciones con David, así que, al saber que Salomón había sido ungido para suceder en el trono a su padre David, le mandó una embajada.


Con esto David se dio cuenta de que el Señor, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino.


que en Jerusalén hubo reyes poderosos, gobernantes de toda la región al oeste del río Éufrates, a quienes se les pagaban impuestos, tributos y rentas.


Después de estos acontecimientos, el rey Asuero honró a Amán hijo de Hamedata, el descendiente de Agag, ascendiéndolo a un puesto más alto que el de todos los demás funcionarios que estaban con él.


Me has librado de una turba amotinada; me has puesto por encima de los paganos; me sirve gente que yo no conocía.


Bendecid a Dios en la gran congregación; alabad al Señor, descendientes de Israel.


Que ante él se inclinen todos los reyes; ¡que le sirvan todas las naciones!


Yo le daré los derechos de primogenitura, la primacía sobre los reyes de la tierra.


En los últimos días, el monte de la casa del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas, y hacia él confluirán todas las naciones.


En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada.


»Escuchad esto vosotros, los de la familia de Jacob, descendientes de Judá, que llevan el nombre de Israel; que juran en el nombre del Señor, e invocan al Dios de Israel, pero no con sinceridad ni justicia.


Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor Todopoderoso.


Tú, que habitas junto a muchas aguas y eres rica en tesoros, has llegado a tu fin, al final de tu existencia.


»En los días de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos.


Balán miró a Amalec y pronunció este oráculo: «Amalec fue el primero entre las naciones, pero su fin será la destrucción total».


―Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.


Tocó el séptimo ángel su trompeta, y en el cielo resonaron fuertes voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos».


Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven, y te mostraré el castigo de la gran prostituta que está sentada sobre muchas aguas.


Además el ángel me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la prostituta, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas.


En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.


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