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Números 12:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

13 Moisés le rogó al Señor: «¡Oh Dios, te ruego que la sanes!»

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Entonces Moisés clamó al Señor: —¡Oh Dios, te suplico que la sanes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Entonces Moisés suplicó a Yavé: '¡Por favor, detente! ¡Sánala!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Entonces Moisés clamó a YHVH, diciendo: ¡Te ruego, oh Dios, sánala ahora!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Moisés clamó a Yahveh diciéndole: '¡Oh Dios!, por favor, cúrala'.

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Números 12:13
23 Referans Kwoze  

Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimélec y permitió que su esposa y sus siervas volvieran a tener hijos,


Entonces el rey le dijo al hombre de Dios: ―¡Apacigua al Señor tu Dios! ¡Ora por mí, para que se me cure el brazo! El hombre de Dios suplicó al Señor, y al rey se le curó el brazo, quedándole como antes.


Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.


Yo he dicho: «Señor, compadécete de mí; sáname, pues contra ti he pecado».


Les dijo: «Yo soy el Señor vuestro Dios. Si escucháis mi voz y hacéis lo que yo considero justo, y si cumplís mis leyes y mandamientos, no traeré sobre vosotros ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que os devuelvo la salud».


―¡Llévatela otra vez al pecho! —insistió el Señor. Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.


Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.


Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvado, porque tú eres mi alabanza.


Entonces el pueblo clamó a Moisés, y este oró al Señor por ellos y el fuego se apagó.


No la dejes como un abortivo, que sale del vientre de su madre con el cuerpo medio deshecho».


En sus murmuraciones contra Moisés y Aarón, la comunidad decía: «¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto! ¡Más nos valdría morir en este desierto!


Al día siguiente, toda la congregación de los israelitas volvió a murmurar contra Moisés y Aarón, diciendo: ―Vosotros matasteis al pueblo del Señor.


―Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.


bendecid a quienes os maldicen, orad por quienes os maltratan.


Luego cayó de rodillas y gritó: ―¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.


No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.


La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará.


En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por vosotros. Yo seguiré enseñándoos el camino bueno y recto.


«Me arrepiento de haber hecho rey a Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado a cabo mis instrucciones». Tanto se alteró Samuel que pasó la noche clamando al Señor.


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