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Nehemías 7:72 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

72 y el resto del pueblo entregó ciento sesenta kilos de oro, mil cien kilos de plata y sesenta y siete túnicas sacerdotales.

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Biblia Reina Valera 1960

72 Y el resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

72 El resto del pueblo entregó 20.000 monedas de oro, alrededor de 1200 kilos de plata y 67 túnicas para los sacerdotes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

72 Los sacerdotes, los levitas y una parte del pueblo se quedaron a vivir en Jerusalén; los cantores, los porteros, los sirvientes y todos los demás israelitas se fueron a vivir en sus ciudades. Cuando llegó el séptimo mes los israelitas ya estaban en sus ciudades.

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La Biblia Textual 3a Edicion

72 Y lo que dio el resto del pueblo fue veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete túnicas sacerdotales.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

72 Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores y algunos del pueblo, los donados y todos los de Israel se establecieron en sus ciudades. Al llegar el mes séptimo, los israelitas estaban ya en sus ciudades respectivas.

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Nehemías 7:72
5 Referans Kwoze  

Así que Jilquías el sacerdote, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticvá y nieto de Jarjás.


En el mes séptimo, cuando ya todos los israelitas se habían establecido en sus poblaciones, se reunió el pueblo en Jerusalén con un mismo propósito.


Todos los demás —sacerdotes, levitas, porteros, cantores, servidores del templo, todos los que se habían separado de los pueblos de aquella tierra para cumplir con la ley de Dios, más sus mujeres, hijos e hijas, y todos los que tenían uso de razón—


los jefes de familia entregaron ciento sesenta kilos de oro y mil doscientos diez kilos de plata,


Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, la gente del pueblo, los servidores del templo y los demás israelitas se establecieron en sus propias ciudades. Al llegar el mes séptimo, los israelitas ya estaban establecidos en sus ciudades.


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