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Nehemías 10:29 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

29 se unieron a sus parientes que ocupaban cargos importantes y se comprometieron, bajo juramento, a vivir de acuerdo con la ley que Dios les había dado por medio de su servidor Moisés, y a obedecer todos los mandamientos, normas y estatutos de nuestro Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

29 se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 se unió a sus jefes y se comprometió mediante juramento. Juraron que caería una maldición sobre ellos mismos si dejaban de obedecer la ley de Dios dada por medio de su siervo Moisés. Prometieron solemnemente seguir al pie de la letra todos los mandatos, las ordenanzas y los decretos del Señor, nuestro Señor:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Y el resto del pueblo: sacerdotes, levitas, porteros, cantores, servidores, en una palabra todos los que se separaron de la gente extranjera para obedecer a la Ley de Dios junto con sus mujeres, sus hijos y sus hijas que estaban en edad de comprender.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 se unieron a sus hermanos, sus nobles,° y acudieron con la promesa y el juramento de andar en la Ley de Dios, dada por Moisés, siervo de Dios, y observar y cumplir todos los mandamientos de YHVH nuestro Señor, así como sus decretos y estatutos;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Los demás del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los donados y todos los que se habían separado de la gente del país para seguir la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todos los que tenían uso de razón,

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Nehemías 10:29
38 Referans Kwoze  

Sin embargo, Jehú no cumplió con todo el corazón la ley del Señor, Dios de Israel, pues no se apartó de los pecados con que Jeroboán hizo pecar a los israelitas.


Después se puso de pie junto a la columna, y en presencia del Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a cumplir, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, sus preceptos y sus decretos, reafirmando así las palabras del pacto que están escritas en ese libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.


Los primeros en ocupar nuevamente sus posesiones y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y servidores del templo.


Después se puso de pie, junto a la columna del rey, y ante el Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a poner en práctica, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, preceptos y decretos, cumpliendo así las palabras del pacto escritas en este libro.


»Y ahora, Señor, Dios de Israel, cumple también la promesa que le hiciste a tu siervo, mi padre David, cuando le dijiste: “Si tus hijos observan una buena conducta, viviendo de acuerdo con mi ley como tú lo has hecho, nunca te faltará un descendiente que ocupe el trono de Israel en mi presencia”.


Entonces los reprendí y los maldije; a algunos de ellos los golpeé, y hasta les arranqué los pelos, y los obligué a jurar por Dios. Les dije: «No permitáis que vuestras hijas se casen con sus hijos, ni os caséis vosotros ni vuestros hijos con sus hijas.


Los servidores del templo eran descendientes de Zijá, Jasufá, Tabaot,


Así que el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras llevó la ley ante la asamblea, que estaba compuesta de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender la lectura,


y la leyó en presencia de ellos desde el alba hasta el mediodía en la plaza que está frente a la puerta del Agua. Todo el pueblo estaba muy atento a la lectura del libro de la ley.


Habiéndose separado de los extranjeros, confesaron públicamente sus propios pecados y la maldad de sus antepasados,


»Por todo esto, nosotros hacemos este pacto y lo ponemos por escrito, firmado por nuestros gobernantes, levitas y sacerdotes».


para que ellos observaran sus preceptos y pusieran en práctica sus leyes. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


Hice un juramento, y lo he confirmado: que acataré tus rectos juicios.


Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!


Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!


En verdad, el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propia tierra. Los extranjeros se juntarán con ellos, y se unirán a los descendientes de Jacob.


Tú les advertirás que así dice el Señor: ‘Si no me obedecéis ni os ceñís a la ley que yo os he entregado,


Vosotros, en cambio, al proclamar la libertad de vuestro prójimo, os habíais convertido y habíais hecho lo que yo apruebo. Además, os habíais comprometido con un pacto en mi presencia, en la casa que lleva mi nombre.


Infundiré mi Espíritu en vosotros, y haré que sigáis mis preceptos y obedezcáis mis leyes.


Sed vosotros santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he distinguido entre las demás naciones, para que seáis míos.


»Acordaos de la ley de mi siervo Moisés. Recordad los preceptos y las leyes que le di en Horeb para todo Israel.


—aquí el sacerdote pondrá a la mujer bajo el juramento del voto de maldición—, que el Señor haga recaer sobre ti la maldición y el juramento en medio de tu pueblo, que te haga estéril, y que el vientre se te hinche.


pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.


Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.


¿No os ha dado Moisés la ley a vosotros? Sin embargo, ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué tratáis entonces de matarme?


Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,


Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago, también una mujer llamada Dámaris, y otros más.


No te dejes convencer, porque más de cuarenta de ellos lo esperan emboscados. Han jurado bajo maldición no comer ni beber hasta que hayan logrado matarlo. Ya están listos; solo aguardan a que tú les concedas su petición.


El amor debe ser sincero. Aborreced el mal; aferraos al bien.


Es la ley que nos dio Moisés, el tesoro de la asamblea de Jacob.


Moisés convocó a todo Israel y dijo: «Escuchad, israelitas, los preceptos y las normas que yo os comunico hoy. Aprendéoslos y procurad ponerlos en práctica.


»Tened, pues, cuidado de hacer lo que el Señor vuestro Dios os ha mandado; no os desviéis ni a la derecha ni a la izquierda.


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