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Malaquías 4:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

6 Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total».

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Biblia Reina Valera 1960

6 Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Sus predicaciones harán volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres. De lo contrario, vendré y haré caer una maldición sobre la tierra».

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, no sea que Yo venga y tenga que consagrar la tierra al exterminio.°

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Malaquías 4:6
28 Referans Kwoze  

sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra. Destruirá la tierra con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios.


Por eso una maldición consume la tierra, y los culpables son sus habitantes. Por eso el fuego los consume, y solo quedan unos cuantos.


Una voz proclama: «Preparad en el desierto un camino para el Señor; enderezad en la estepa un sendero para nuestro Dios.


Por eso humillé a las autoridades del templo; entregué a Jacob a la destrucción total, entregué a Israel al menosprecio.


a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo,


Mis escogidos heredarán vuestro nombre como una maldición. El Señor omnipotente os dará muerte, pero a sus siervos les dará un nombre diferente.


Todo Israel se ha apartado de tu ley y se ha negado a obedecerte. Por eso, porque pecamos contra ti, nos han sobrevenido las maldiciones que nos anunciaste, las cuales están escritas en la ley de tu siervo Moisés.


Pero ya no tendré piedad de los que habitan este país —afirma el Señor—, sino que los entregaré en manos de su prójimo y de su rey. Aunque devasten el país, no los rescataré de sus manos».


Las dos terceras partes del país serán abatidas y perecerán; solo una tercera parte quedará con vida —afirma el Señor—.


»Esta es la plaga con la que el Señor herirá a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: Se les pudrirá la carne en vida, se les pudrirán los ojos en las cuencas, y se les pudrirá la lengua en la boca.


Movilizaré a todas las naciones para que peleen contra ti. Te conquistarán, saquearán tus casas y violarán a tus mujeres. La mitad de tus habitantes irá al exilio, pero el resto del pueblo se quedará contigo.


Entonces el ángel me dijo: «Esta es la maldición que caerá sobre todo el país. Según lo escrito en el rollo, alcanzará tanto al ladrón como al perjuro.


El rey se enfureció. Mandó su ejército a destruir a los asesinos y a incendiar su ciudad.


Pedro, acordándose, le dijo a Jesús: ―¡Rabí, mira, se ha secado la higuera que maldijiste!


»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para prepararle el camino.


En cambio, cuando produce espinos y cardos, no vale nada; está a punto de ser maldecida y acabará por ser quemada.


De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con puño de hierro». Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso.


Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos le adorarán;


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