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Lucas 13:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

25 Tan pronto como el dueño de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, desde afuera os pondréis a golpear la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”. Pero él os contestará: “No sé quiénes sois”.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Cuando el señor de la casa haya cerrado la puerta, será demasiado tarde. Ustedes quedarán afuera llamando y rogando: “¡Señor, ábrenos la puerta!”, pero él contestará: “No los conozco ni sé de dónde vienen”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Si a ustedes les ha tocado estar fuera cuando el dueño de casa se levante y cierre la puerta, entonces se pondrán a golpearla y a gritar: ¡Señor, ábrenos! Pero les contestará: No sé de dónde son ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Después que el amo de casa se levante y cierre la puerta, aunque comencéis a golpear por fuera la puerta, diciendo: Señor, ¡ábrenos!, os responderá° diciendo: No sé de dónde sois.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Después que el amo de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, vosotros os quedaréis fuera y comenzaréis a llamar a la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Pero él os responderá: 'No sé de dónde sois vosotros'.

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Lucas 13:25
12 Referans Kwoze  

entraron un macho y una hembra de cada especie, tal como Dios se lo había mandado a Noé. Luego el Señor cerró la puerta del arca.


Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.


Buscad al Señor mientras se deje encontrar, llamadlo mientras esté cercano.


»Después dirá a los que estén a su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


Pero él os contestará: “Os repito que no sé quiénes sois. ¡Apartaos de mí, todos vosotros hacedores de injusticia!”


Producid frutos que demuestren arrepentimiento. Y no os pongáis a pensar: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque os digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.


»¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que os digo?


Porque él dice: «En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé». Os digo que este es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!


Después, como ya sabéis, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición.


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