Levítico 25:38 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

³⁸ Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de Egipto para daros la tierra de Canaán y para ser vuestro Dios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³⁸ Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser vuestro Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁸ Yo soy el Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto para darte la tierra de Canaán y para ser tu Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁸ pues yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los saqué de la tierra de Egipto para darles la tierra de Canaán y ser su Dios.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁸ Yo soy YHVH vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para daros la tierra de Canaán y para ser vuestro Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁸ Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué del país de Egipto para daros la tierra de Canaán y ser vuestro Dios.'

Levítico 25:38 Referans Kwoze

Génesis 17:7

Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes.

Éxodo 20:2

«Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo.

Jeremías 31:1

«En aquel tiempo —afirma el Señor— seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo».

Jeremías 31:33

»Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Jeremías 32:38

Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

Levítico 11:45

Yo soy el Señor, que os sacó de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Sed, pues, santos, porque yo soy santo.

Levítico 25:37

Tampoco le prestarás dinero con intereses ni le impondrás recargo a los víveres que le fíes.

Números 15:41

Yo soy el Señor vuestro Dios, que os sacó de Egipto para ser vuestro Dios. ¡Yo soy el Señor!»

Hebreos 11:16

Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad.