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Lamentaciones 2:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

6 Ha desolado su morada como a un jardín; ha derribado su lugar de reunión. El Señor ha hecho que Sión olvide sus fiestas solemnes y sus sábados; se desató su furia contra el rey y dejó de lado al sacerdote.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Quitó su tienda como enramada de huerto; Destruyó el lugar en donde se congregaban; Jehová ha hecho olvidar las fiestas solemnes y los días de reposo en Sion, Y en el ardor de su ira ha desechado al rey y al sacerdote.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Derribó su templo como si fuera apenas una choza en el jardín. El Señor ha borrado todo recuerdo de los festivales sagrados y los días de descanso. Ante su ira feroz, reyes y sacerdotes caen juntos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Ha forzado sus murallas como un huerto, ha destruido su lugar de reunión. Yavé ha hecho olvidar en Sión solemnidades y sábados; en el ardor de su cólera ha desechado al rey y al sacerdote.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 w Como un huerto, violentó su Tabernáculo: destruyó su lugar de reunión. YHVH ha hecho olvidar en Sión las fiestas solemnes y el shabbat, Y en el ardor de su ira rechazó al rey y al sacerdote.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Váu. Forzó, como la de un jardín, su cerca, derribó su lugar de reunión. Yahveh hizo olvidar en Sión fiestas y sábados; rechazó en el furor de su ira al rey y al sacerdote.

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Lamentaciones 2:6
25 Referans Kwoze  

Prendieron fuego a tu santuario; profanaron el lugar donde habitas.


En Salén se halla su santuario; en Sión está su morada.


¿Por qué has derribado sus muros? ¡Todos los que pasan le arrancan uvas!


Has derribado todas sus murallas y dejado en ruinas sus fortalezas.


No me sigáis trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación. Luna nueva, día de reposo, asambleas convocadas; ¡no soporto que con vuestra adoración me ofendáis!


La bella Sión ha quedado como cobertizo en un viñedo, como choza en un melonar, como ciudad sitiada.


Por eso humillé a las autoridades del templo; entregué a Jacob a la destrucción total, entregué a Israel al menosprecio.


Voy a deciros lo que haré con mi viña: Le quitaré su cerco, y será destruida; derribaré su muro, y será pisoteada.


La dejaré desolada, y no será podada ni cultivada; le crecerán espinos y cardos. Mandaré que las nubes no lluevan sobre ella.


Tu pueblo poseyó por un tiempo tu santuario, pero ahora lo han pisoteado nuestros enemigos.


Nuestro santo y glorioso templo, donde te alababan nuestros padres, ha sido devorado por el fuego. Ha quedado en ruinas todo lo que más queríamos.


Pero, si no obedecéis mi mandato de observar el reposo del sábado, y de no llevar carga al entrar en sábado por las puertas de Jerusalén, entonces les prenderé fuego a sus puertas, que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén’ ”».


Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: “Así como se ha derramado mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre vosotros si os vais a Egipto. Os convertiréis en objeto de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio, y nunca más volveréis a ver este lugar”.


»”Pues le dirás que así dice el Señor: ‘Voy a destruir lo que he construido, y a arrancar lo que he plantado; es decir, arrasaré toda esta tierra.


Se oye la voz de los fugitivos, de los que escaparon de Babilonia; vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor, nuestro Dios, la venganza por su templo.


Los caminos a Sión están de duelo; ya nadie asiste a sus fiestas solemnes. Las puertas de la ciudad se ven desoladas: sollozan sus sacerdotes, se turban sus doncellas, ¡toda ella es amargura!


El Señor mismo los ha dispersado; ya no se preocupa por ellos. Ya no hay respeto para los sacerdotes ni compasión para los ancianos.


También cayó en sus redes el ungido del Señor, que era nuestra razón de vivir. Era él de quien decíamos: ¡Viviremos bajo su sombra entre las naciones!


A nuestros jefes los colgaron de las manos, y ni siquiera respetaron a nuestros ancianos.


El príncipe de Judá quebrantó el juramento y violó el tratado. Así que, por haber hecho todo esto a pesar de su compromiso, ¡no escapará!


convertiré en ruinas vuestras ciudades y asolaré vuestros santuarios. No me complaceré más en el aroma de vuestras ofrendas, que me era grato.


como en los días de fiesta». «Yo te libraré de las tristezas, que son para ti una carga deshonrosa.


Por mi parte, yo he hecho que seáis despreciables y viles ante todo el pueblo, porque no habéis guardado mis caminos, sino que habéis mostrado parcialidad en cuestiones de la ley».


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