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Juan 7:19 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

19 ¿No os ha dado Moisés la ley a vosotros? Sin embargo, ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué tratáis entonces de matarme?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

19 ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Moisés les dio la ley, ¡pero ninguno de ustedes la cumple! De hecho, tratan de matarme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Moisés les dio la Ley, ¿no es cierto? Pero si ninguno de ustedes cumple la Ley, ¿por qué quieren matarme?

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¿No os ha dado Moisés la ley? Pero ninguno de vosotros cumple la ley. ¿Por qué procuráis matarme?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ¿No os dio Moisés la ley? Sin embargo, ninguno de vosotros cumple la ley. ¿Por qué pretendéis matarme?'.

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Juan 7:19
27 Referans Kwoze  

Pero los fariseos salieron y tramaban cómo matar a Jesús.


Pero, cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo, para quedarnos con su herencia”.


Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas.


Luego dijo a los otros: ―¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o matar? Pero ellos permanecieron callados.


Tan pronto como salieron los fariseos, comenzaron a tramar con los herodianos cómo matar a Jesús.


pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.


Nuevamente intentaron arrestarlo, pero él se les escapó de las manos.


Así que desde ese día convinieron en quitarle la vida.


Precisamente por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía tales cosas en sábado.


Así que los judíos redoblaban sus esfuerzos para matarlo, pues no solo quebrantaba el sábado, sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios.


»Pero no penséis que yo voy a acusaros delante del Padre. Quien os va a acusar es Moisés, en quien tenéis puesta vuestra esperanza.


Algún tiempo después, Jesús andaba por Galilea. No tenía ningún interés en ir a Judea, porque allí los judíos buscaban la oportunidad para matarlo.


Algunos de los que vivían en Jerusalén comentaban: «¿No es este al que quieren matar?


Este mismo Moisés estuvo en la asamblea en el desierto, con el ángel que le habló en el monte Sinaí, y con nuestros antepasados. Fue también él quien recibió palabras de vida para comunicárnoslas a nosotros.


Entonces, ¿cuál era el propósito de la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa. La ley se promulgó por medio de ángeles, por conducto de un mediador.


Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que os quieren obligar a circuncidaros para luego jactarse de la señal que llevaríais en el cuerpo.


No seáis parciales en el juicio; considerad de igual manera la causa de los débiles y la de los poderosos. No os dejéis intimidar por nadie, porque el juicio es de Dios. Los casos que no seáis capaces de resolver, traédmelos, que yo los atenderé”.


Es la ley que nos dio Moisés, el tesoro de la asamblea de Jacob.


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