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Juan 12:42 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

42 Sin embargo, muchos de ellos, incluso muchos de los jefes, creyeron en él, pero no lo confesaban porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

42 Sin embargo, hubo muchos que sí creyeron en él —entre ellos algunos líderes judíos—, pero no lo admitían por temor a que los fariseos los expulsaran de la sinagoga,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

42 En realidad, de entre los mismos jefes, varios creyeron en él; pero no lo dijeron abiertamente por miedo a que los fariseos los echaran de la comunidad judía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

42 Sin embargo, aun de los principales, muchos creyeron en Él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

42 Sin embargo, también de entre los jefes muchos creyeron en él; pero, por miedo a los fariseos, no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

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Juan 12:42
25 Referans Kwoze  

Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado.


»Escuchadme, vosotros que conocéis lo que es recto; pueblo que lleva mi ley en su corazón: No temáis el reproche de los hombres, ni os desalentéis por sus insultos,


»¿Quién te asustó, quién te metió miedo, que me has engañado? No te acordaste de mí, ni me tuviste en cuenta. ¿Será que no me temes porque guardé silencio tanto tiempo?


¡Escuchad la palabra del Señor, vosotros que tembláis ante su palabra!: «Así dicen vuestros hermanos que os odian y os excluyen por causa de mi nombre: “¡Que el Señor sea glorificado, para que veamos vuestra alegría!” Pero ellos serán los avergonzados.


El rey Sedequías respondió: ―Yo tengo terror a los judíos que se pasaron al bando de los babilonios, pues me pueden entregar en sus manos para que me torturen.


»A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.


»Os aseguro que a cualquiera que me reconozca delante de la gente, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios.


Pilato entonces reunió a los jefes de los sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,


Dichosos vosotros cuando os odien, cuando os discriminen, os insulten y os desprestigien por causa del Hijo del hombre.


Muchos de los judíos que habían ido a ver a María y que habían presenciado lo hecho por Jesús creyeron en él.


pues por su causa muchos se apartaban de los judíos y creían en Jesús.


Os expulsarán de las sinagogas; y hasta viene el día en que cualquiera que os mate pensará que está prestando un servicio a Dios.


Después de esto, José de Arimatea pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Con el permiso de Pilato, fue y retiró el cuerpo.


Este fue de noche a visitar a Jesús. ―Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.


Sin embargo, por temor a los judíos, nadie hablaba de él abiertamente.


Con todo, muchos de entre la multitud creyeron en él y decían: «Cuando venga el Cristo, ¿acaso va a hacer más señales que este hombre?»


Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya estos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo.


Ellos replicaron: ―Tú, que naciste sumido en pecado, ¿vas a darnos lecciones? Y lo expulsaron.


Así pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre.


Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.


Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.


En esto podéis discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano es de Dios;


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