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Job 9:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

4 Profunda es su sabiduría, vasto su poder. ¿Quién puede desafiarlo y salir bien librado?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Dios es tan sabio y tan poderoso. ¿Quién lo ha desafiado alguna vez con éxito?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Su corazón es sabio y su fuerza es enorme. ¿Quién puede resistirle inpunemente?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Él es sabio de corazón y poderoso en fortaleza. ¿Quién se endureció contra Él y salió ileso?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿Quién, por fuerte y sabio que sea, puede provocarle impunemente?

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Job 9:4
39 Referans Kwoze  

Así que Dios, con sus sacerdotes, va al frente de nosotros. ¡Las trompetas están listas para dar la orden de ataque contra vosotros! ¡Israelitas, no peleéis contra el Señor, Dios de vuestros antepasados, pues no podréis vencerlo!»


y dijo: «Señor, Dios de nuestros antepasados, ¿no eres tú el Dios del cielo, y el que gobierna sobre todas las naciones? ¡Es tal tu fuerza y tu poder que no hay quien pueda resistirte!


para mostrarte los secretos de la sabiduría, pues esta es muy compleja! Sabrías entonces que buena parte de tu pecado Dios no lo ha tomado en cuenta.


»Con Dios están la sabiduría y el poder; suyos son el consejo y el entendimiento.


¿Por qué desatas tu enojo contra Dios y das rienda suelta a tu lengua?


¿Disputaría él conmigo, con todo su poder? ¡Claro que no! ¡Ni me acusaría!


Pero Dios, con su poder, arrastra a los poderosos; cuando él se levanta, nadie tiene segura la vida.


«Dios es poderoso e infunde temor; él pone orden en las alturas de los cielos.


Solo Dios sabe llegar hasta ella; solo él sabe dónde habita.


»Dios es poderoso, pero no rechaza al inocente; Dios es poderoso, y todo lo entiende.


El Todopoderoso no está a nuestro alcance; excelso es su poder. Grandes son su justicia y rectitud; ¡a nadie oprime!


¿Quién infundió sabiduría en el ibis, o dio al gallo entendimiento?


¿Quién tiene sabiduría para contar las nubes? ¿Quién puede vaciar los cántaros del cielo


¿Tienes acaso un brazo como el mío? ¿Puede tu voz tronar como la mía?


¿Puedes ponerle un cordel en la nariz, o perforarle la quijada con un gancho?


Aun así me quedaría este consuelo, esta alegría en medio de mi implacable dolor: ¡el no haber negado las palabras del Dios Santo!


Si de fuerza se trata, ¡él es más poderoso! Si es cuestión de juicio, ¿quién lo hará comparecer?


¡Oh Señor, cuán numerosas son tus obras! ¡Todas ellas las hiciste con sabiduría! ¡Rebosa la tierra con todas tus criaturas!


Al que con inteligencia hizo los cielos; su gran amor perdura para siempre.


Fue tan grande tu victoria que derribaste a tus oponentes; diste rienda suelta a tu ardiente ira, y fueron consumidos como rastrojo.


Envió el faraón gente a ver los ganados de los israelitas, y se encontraron con que ni un solo animal había muerto. Sin embargo, el faraón endureció su corazón y no quiso dejar ir al pueblo.


¡Dichoso el que siempre teme al Señor! Pero el obstinado caerá en la desgracia.


El que es reacio a las reprensiones será destruido de repente y sin remedio.


¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: «¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no tiene agarraderas!»?


Te tendí una trampa, y en ella caíste antes de que te dieras cuenta. Fuiste sorprendida y apresada, porque te opusiste al Señor.


y dijo: «¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios! Suyos son la sabiduría y el poder.


El Señor es lento para la ira, imponente en su fuerza. El Señor no deja a nadie sin castigo. Camina en el huracán y en la tormenta; las nubes son el polvo de sus pies.


¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!


¿O vamos a provocar a celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?


y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz


que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento.


El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,


Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros,


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