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Job 6:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

4 Las saetas del Todopoderoso me han herido, y mi espíritu absorbe su veneno. ¡Dios ha enviado sus terrores contra mí!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, Cuyo veneno bebe mi espíritu; Y terrores de Dios me combaten.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues el Todopoderoso me ha derribado con sus flechas; y el veneno de ellas infecta mi espíritu. Los terrores de Dios están alineados contra mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Llevo en mí las flechas del Omnipotente mi espíritu bebe su veneno, ¿qué diré a Dios cuando ellas me atormentan?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque en mí están clavadas° las saetas de ’El-Shadday, Y mi espíritu sorbe su veneno, Y los terrores de Dios se alistan contra mí en orden de batalla.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Me penetran las flechas de Sadday, y mi espíritu bebe su veneno: los terrores de Dios conspiran contra mí.

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Job 6:4
30 Referans Kwoze  

»En su enojo, Dios me desgarra y me persigue; rechina los dientes contra mí; en mí clava su mirada mi adversario.


Sus tropas avanzan en tropel; levantan una rampa para asediarme; ¡acampan alrededor de mi tienda!


Chupará veneno de serpientes; la lengua de un áspid lo matará.


¡Que sufra el pecador su propia destrucción! ¡Que beba de la ira del Todopoderoso!


El terror me ha sobrecogido; mi dignidad se esfuma como el viento, ¡mi salvación se desvanece como las nubes!


Siempre he sido temeroso del castigo de Dios; ¡ante su majestad no podría resistir!


Tengo que resultar un mentiroso, a pesar de que soy justo; sus flechas me hieren de muerte, a pesar de que no he pecado”.


Si he pecado, ¿en qué te afecta, vigilante de los mortales? ¿Por qué te ensañas conmigo? ¿Acaso te soy una carga?


Me despedazaría con una tormenta, y por la menor cosa multiplicaría mis heridas.


Respóndeme pronto, Señor, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro, o seré como los que bajan a la fosa.


Lanzó sus flechas, sus grandes centellas; dispersó a mis enemigos y los puso en fuga.


Porque tú los harás retroceder cuando tenses tu arco contra ellos.


Porque tus flechas me han atravesado, y sobre mí ha caído tu mano.


A causa de tu indignación no hay nada sano en mi cuerpo; por mi pecado, mis huesos no hallan descanso.


Que tus agudas flechas atraviesen el corazón de los enemigos del rey, y que caigan las naciones a tus pies.


ya ha preparado sus mortíferas armas; ya tiene listas sus llameantes flechas.


Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría.


En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al abatido?


Cada vez que pase, os arrebatará; pasará mañana tras mañana, de día y de noche». La comprensión de este mensaje causará terror absoluto.


Como enemigo, tensó el arco; lista estaba su mano derecha. Como enemigo, eliminó a nuestros seres queridos. Como fuego, derramó su ira sobre las tiendas de la bella Sión.


Una y otra vez, y a todas horas, su mano se ha vuelto contra mí.


A las tres de la tarde, Jesús gritó con fuerza: ―Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).


Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para vuestra conciencia.


Mis flechas se embriagarán de sangre, y mi espada se hartará de carne: sangre de heridos y de cautivos, cabezas de caudillos enemigos”.


―Ya no me llaméis Noemí —repuso ella—. Llamadme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.


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