Job 3:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

⁴ Que ese día se vuelva oscuridad; que Dios en lo alto no lo tenga en cuenta; que no brille en él ninguna luz.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴ Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ Que ese día se convierta en oscuridad; que se pierda aun para Dios en las alturas, y que ninguna luz brille en él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ Conviértase ese día en tinieblas, y Yavé allá arriba lo ignore para siempre; que ningún rayo de luz resplandezca sobre él.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ Sea aquel día tinieblas. No pregunte Dios por él desde lo alto Ni lo alumbre la luz.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ ¡Sea tinieblas ese día, no lo recuerde Dios desde los cielos, no brille sobre él la luz!

Job 3:4 Referans Kwoze

Job 3:3

«Que perezca el día en que fui concebido y la noche en que se anunció: “¡Ha nacido un niño!”

Job 3:5

Que las tinieblas y las más pesadas sombras vuelvan a reclamarlo; Que una nube lo cubra con su sombra; que la oscuridad domine su esplendor.

Joel 2:2

Día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y densos nubarrones. Como la aurora que se extiende sobre los montes, así avanza un pueblo fuerte y numeroso, pueblo como nunca lo hubo en la antigüedad ni lo habrá en las generaciones futuras.

Amós 5:18

¡Ay de los que suspiran por el día del Señor! ¿De qué os servirá ese día si va a ser de oscuridad y no de luz?

Mateo 27:45

Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó en oscuridad.

Hechos 27:20

Como pasaron muchos días sin que aparecieran ni el sol ni las estrellas, y la tempestad seguía arreciando, perdimos al fin toda esperanza de salvarnos.

Deuteronomio 11:12

El Señor vuestro Dios es quien la cuida; los ojos del Señor vuestro Dios están sobre ella todo el año, de principio a fin.

Apocalipsis 16:10

El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y el reino de la bestia quedó sumido en la oscuridad. La gente se mordía la lengua de dolor