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Jeremías 39:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

17 Pero en ese mismo día yo te rescataré —afirma el Señor—, y no caerás en las manos de los hombres que temes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 pero te libraré de aquellos a quienes tanto temes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Perro yo te salvaré, dice Yavé, y no caerás en manos de los hombres a los que tú tienes miedo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Pero en aquel día Yo te libraré, dice YHVH, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pero en aquel día yo te libraré -oráculo de Yahveh-, para que no seas entregado en mano de los hombres que temes.

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Jeremías 39:17
16 Referans Kwoze  

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».


―¡Estoy entre la espada y la pared! —respondió David—. Pero es mejor que caigamos en las manos del Señor, porque su amor es grande, y no que yo caiga en las manos de los hombres.


Elías le respondió: ―Tan cierto como que vive el Señor Todopoderoso, a quien sirvo, te aseguro que hoy me presentaré ante Acab.


Abdías fue a buscar a Acab y le informó de lo sucedido, así que este fue al encuentro de Elías


―No tengas miedo —respondió Eliseo—. Los que están con nosotros son más que los que están con ellos.


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Pelearán contra ti, pero no podrán vencerte, porque yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor.


Sefatías hijo de Matán, Guedalías hijo de Pasur, Jucal hijo de Selemías y Pasur hijo de Malquías oyeron que Jeremías le decía a todo el pueblo:


―Mi rey y señor, estos hombres han actuado con saña. Han arrojado a Jeremías en la cisterna, y allí se morirá de hambre, porque ya no hay pan en la ciudad.


El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí, el rey animaba a Daniel: ―¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte!


El Rey les responderá: “Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, por mí lo hicisteis”.


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