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Jeremías 31:33 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

33 »Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

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Biblia Reina Valera 1960

33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 «Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días —dice el Señor—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice YHVH: Daré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Ésta será la alianza que sellaré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahveh-: Pongo mi ley en su interior y la escribo en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

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Jeremías 31:33
36 Referans Kwoze  

Estableciste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios.


Que incline nuestro corazón hacia él, para que sigamos todos sus caminos y cumplamos los mandamientos, decretos y leyes que les dio a nuestros antepasados.


La ley de Dios está en su corazón, y sus pies jamás resbalan.


Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí».


En medio de la gran asamblea he dado a conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios.


Haré de vosotros mi pueblo; y yo seré vuestro Dios. Así sabrán que yo soy el Señor vuestro Dios, que os libró de la opresión de los egipcios.


Llévalos atados en los dedos; anótalos en la tablilla de tu corazón.


»Escuchadme, vosotros que conocéis lo que es recto; pueblo que lleva mi ley en su corazón: No temáis el reproche de los hombres, ni os desalentéis por sus insultos,


»En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre —dice el Señor—.


»El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro; grabado está con punta de diamante sobre la tabla de su corazón y sobre los cuernos de sus altares.


Les daré un corazón que me conozca, porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón.


Vosotros sois mi pueblo, y yo seré vuestro Dios”».


«En aquel tiempo —afirma el Señor— seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo».


Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.


Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos.


Haré con ellos un pacto eterno: Nunca dejaré de estar con ellos para mostrarles mi favor; pondré mi temor en sus corazones, y así no se apartarán de mí.


Habitaré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Te daré como dote mi fidelidad, y entonces conocerás al Señor.


el remanente de Israel; no cometerá iniquidad, no dirá mentiras, ni se hallará engaño en su boca. Pastarán y se echarán a descansar sin que nadie los espante».


Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


―Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es vuestro Padre; a mi Dios, que es vuestro Dios”.


Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».


Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios;


Es evidente que vosotros sois una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.


El Señor tu Dios quitará lo pagano que haya en tu corazón y en el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y así tengas vida.


En cuanto al amor fraternal, no necesitáis que os escribamos, porque Dios mismo os ha enseñado a amaros unos a otros.


«Este es el pacto que haré con ellos después de aquel tiempo —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente».


Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.


El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios y él será mi hijo.


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