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Jeremías 23:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

5 »Vienen días —afirma el Señor—, en que de la simiente de David haré surgir un vástago justo; él reinará con sabiduría en el país, y practicará el derecho y la justicia.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 »Pues se acerca la hora —dice el Señor—, cuando levantaré a un descendiente justo del linaje del rey David. Él será un rey que gobernará con sabiduría; hará lo justo y lo correcto por toda la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Así dice Yavé: 'Llega el día en que yo haré surgir un hijo de David que se portará como rey justo y prudente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 He aquí, vienen días, dice YHVH, En que levantaré a David un renuevo justo; Y reinará y obrará prudentemente, Y hará juicio y justicia en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Mirad que vienen días -oráculo de Yahveh-, en que suscitaré a David un germen justo que reinará como rey, obrará con prudencia y practicará el derecho y la justicia en el país.

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Jeremías 23:5
49 Referans Kwoze  

El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: “El que gobierne a la gente con justicia, el que gobierne en el temor de Dios,


Con majestad, cabalga victorioso en nombre de la verdad, la humildad y la justicia; que tu diestra realice gloriosas hazañas.


¡Es la raíz que plantaste con tu diestra! ¡Es el vástago que has criado para ti!


Rey poderoso, que amas la justicia: tú has establecido la equidad y has actuado en Jacob con justicia y rectitud.


Exaltado es el Señor porque mora en las alturas, y llena a Sión de justicia y rectitud.


En aquel día, el retoño del Señor será bello y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el honor de los sobrevivientes de Israel.


«Yo, el Señor, te he llamado en justicia; te he tomado de la mano. Yo te formé, yo te constituí como pacto para el pueblo, como luz para las naciones,


Ellos dirán de mí: “Solo en el Señor están la justicia y el poder”». Todos los que contra él se enfurecieron ante él comparecerán y quedarán avergonzados.


Mirad, mi siervo triunfará; será exaltado, levantado y muy enaltecido.


Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y, como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor.


Creció en su presencia como vástago tierno, como raíz de tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo y nada en su apariencia lo hacía deseable.


Todas las botas guerreras que resonaron en la batalla, y toda la ropa teñida en sangre serán arrojadas al fuego, serán consumidas por las llamas.


Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.


Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor Todopoderoso.


»¿Acaso eres rey solo por acaparar mucho cedro? Tu padre no solo comía y bebía, sino que practicaba el derecho y la justicia, y por eso le fue bien.


Así dice el Señor: ‘Practicad el derecho y la justicia. Librad al oprimido del poder del opresor. No maltratéis ni hagáis violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.


Así dice el Señor: «Anotad a este hombre como si fuera un hombre sin hijos; como alguien que fracasó en su vida. Porque ninguno de sus descendientes logrará ocupar el trono de David, ni reinar de nuevo en Judá».


En esos días Judá será salvada, Israel morará seguro. Y este es el nombre que se le dará: “El Señor es nuestra salvación”.


Porque yo sé muy bien los planes que tengo para vosotros —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de daros un futuro y una esperanza.


Porque vienen días —afirma el Señor— cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá, y los traeré a la tierra que di a sus antepasados, y la poseerán”», afirma el Señor.


Servirán al Señor, su Dios, y a David, a quien pondré como su rey.


«Vienen días —afirma el Señor— en que con la simiente de hombres y de animales sembraré el pueblo de Israel y la tribu de Judá.


¡Ruinas, ruinas, todo lo convertiré en ruinas! Esto no sucederá hasta que venga aquel a quien le asiste el derecho, y a quien le pediré que establezca la justicia.


Buscaré a las ovejas perdidas, recogeré a las extraviadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero exterminaré a las ovejas gordas y robustas. Yo las pastorearé con justicia.


Les daré una tierra famosa por sus cosechas. No sufrirán hambre en la tierra, ni tendrán que soportar los insultos de las naciones.


Esta tierra será su posesión en Israel; así mis príncipes no volverán a oprimir a mi pueblo, sino que dejarán que las tribus de Israel ocupen la tierra.


»”Setenta semanas han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a sus transgresiones y pecados, pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía, y consagren el lugar santísimo.


El pueblo de Judá se reunirá con el pueblo de Israel, y nombrarán un solo jefe y resurgirán en su país, porque grande será el día de Jezrel.


Pero después los israelitas buscarán nuevamente al Señor su Dios, y a David su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.


»En aquel día levantaré la choza caída de David. Repararé sus grietas, restauraré sus ruinas y la reconstruiré tal como era en días pasados,


Por eso Dios los entregará al enemigo hasta que tenga su hijo la que va a ser madre, y vuelva junto al pueblo de Israel el resto de sus hermanos.


»”Escucha, Josué, sumo sacerdote, y que lo oigan tus compañeros, que se sientan en tu presencia y que son un buen presagio: Voy a traer a mi siervo, voy a traer al Renuevo.


¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, Salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.


―¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo.


Felipe buscó a Natanael y le dijo: ―Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas.


―Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.


Pero gracias a él vosotros estáis unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención—


Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo: «Vienen días —dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.


Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra.


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