Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Isaías 66:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

18 »Yo, por causa de sus acciones y sus ideas, estoy a punto de reunir a gente de toda nación y lengua; vendrán y verán mi gloria.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

18 «Yo puedo ver lo que están haciendo y sé lo que están pensando. Por eso reuniré a todas las naciones y a todos los pueblos, y ellos verán mi gloria.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Ahora vengo a reunir a los paganos de todos los pueblos y de todos los idiomas. Y cuando vengan, serán testigos de mi gloria.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

18 Porque Yo conozco sus obras y sus pensamientos. En cuanto a mí, llegará el tiempo de congregar a todas las naciones y lenguas, y vendrán y contemplarán mi gloria.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Pero yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas: ellas vendrán y verán mi gloria.

Gade chapit la Kopi




Isaías 66:18
44 Referans Kwoze  

«Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes.


Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun en la distancia me lees el pensamiento.


para que se conozcan en la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación.


Que ante él se inclinen todos los reyes; ¡que le sirvan todas las naciones!


Que su nombre perdure para siempre; que su fama permanezca como el sol. Que en su nombre las naciones se bendigan unas a otras; que todas ellas lo llamen dichoso.


Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra, pues tuyas son todas las naciones.


Todas las naciones que has creado vendrán, Señor, y ante ti se postrarán y glorificarán tu nombre.


El Señor conoce los pensamientos humanos, y sabe que son absurdos.


Los cielos proclaman su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.


No harán ningún daño ni estrago en todo mi monte santo, porque rebosará la tierra con el conocimiento del Señor como rebosa el mar con las aguas.


En los últimos días, el monte de la casa del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas, y hacia él confluirán todas las naciones.


»”Yo sé bien cuándo te sientas, cuándo sales, cuándo entras, y cuánto ruges contra mí.


Entonces se revelará la gloria del Señor, y la verá toda la humanidad. El Señor mismo lo ha dicho».


»Volved a mí y sed salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.


El Señor desnudará su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.


«Porque mis pensamientos no son los vuestros, ni vuestros caminos son los míos —afirma el Señor—.


Así dice el Señor omnipotente, el que reúne a los desterrados de Israel: «Reuniré a mi pueblo con otros pueblos, además de los que ya he reunido».


Yo denunciaré tu justicia y tus obras, y de nada te servirán.


Sus pies corren hacia el mal; se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son perversos; dejan ruina y destrucción en sus caminos.


Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo rebelde, que va por mal camino, siguiendo sus propias ideas.


Mas alegraos con Jerusalén, y regocijaos por ella, todos los que la amáis; saltad con ella de alegría, todos los que por ella os condoléis.


Ciertamente mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista.


»En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: “Trono del Señor”. Todas las naciones se reunirán en Jerusalén para honrar el nombre del Señor, y ya no volverán a obedecer ciegamente a su malvado corazón.


»”Así dice el Señor omnipotente: En aquel día harás proyectos, y maquinarás un plan perverso.


»Yo manifestaré mi gloria entre las naciones. Todas ellas verán cómo los he juzgado y castigado.


reuniré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat. Allí entraré en juicio contra los pueblos en cuanto a mi propiedad, mi pueblo Israel, pues lo dispersaron entre las naciones y se repartieron mi tierra.


¡Yo sé cuán numerosos son vuestros delitos, cuán grandes vuestros pecados! Vosotros oprimís al justo, exigís soborno y en los tribunales atropelláis al necesitado.


»Entonces los sobrevivientes de todas las naciones que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al Señor Todopoderoso, y para celebrar la fiesta de las Enramadas.


Porque, desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor Todopoderoso—.


Jesús conocía sus pensamientos, y les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie.


Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: ―¿Por qué dais lugar a tan malos pensamientos?


Pero Jesús supo lo que estaban pensando y les dijo: ―¿Por qué razonáis así?


»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.


pero a vosotros os conozco, y sé que no amáis realmente a Dios.


y también dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios y sabe que son absurdos».


Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos, porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo sé lo que mi pueblo piensa hacer, aun antes de introducirlo en el territorio que juré darle».


Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.


Tocó el séptimo ángel su trompeta, y en el cielo resonaron fuertes voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos».


Sé dónde vives: allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo, sigues fiel a mi nombre. No renegaste de tu fe en mí, ni siquiera en los días en que Antipas, mi testigo fiel, sufrió la muerte en esa ciudad donde vive Satanás.


Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son; y has descubierto que son falsos.


Conozco tus sufrimientos y tu pobreza. ¡Sin embargo, eres rico! Sé cómo te calumnian los que dicen ser judíos, pero que, en realidad, no son más que una sinagoga de Satanás.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite