Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Isaías 57:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

17 La codicia de mi pueblo es irritable, por perversa, en mi enojo, lo he castigado; le he dado la espalda, pero él prefirió seguir sus obstinados caminos.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Estaba enojado, así que castigué a este pueblo tan avaro. Me aparté de ellos, pero continuaron por su propio terco camino.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Corría tras las ganancias injustas; me enojé por un momento, le pegué y en mi enojo le escondí mi cara. Pues él, rebelde, no hacía más que seguir las indicaciones de su corazón,

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

17 Por la iniquidad de su codicia me irrité por un momento, Lo herí, y me oculté indignado; Pero él siguió andando perversamente en el camino de su corazón.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Por su pecado de avaricia me enojé, lo herí, escondiéndome, enojado; él seguía obstinado su camino preferido;

Gade chapit la Kopi




Isaías 57:17
29 Referans Kwoze  

Vale más lo visible que lo imaginario. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!


¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, generación de malhechores, hijos corruptos! ¡Han abandonado al Señor! ¡Han despreciado al Santo de Israel! ¡Se han vuelto atrás!


Su tierra está llena de oro y plata, y sus tesoros son incalculables. En su tierra abundan los caballos, y sus carros de guerra son incontables.


¿Quién entregó a Jacob para el despojo, a Israel para el saqueo? ¿No es acaso el Señor, a quien su pueblo ha ofendido? No siguió sus caminos ni obedeció su ley.


Tú, Dios y Salvador de Israel, eres un Dios que se oculta.


Son perros de voraz apetito; nunca parecen saciarse. Son pastores sin discernimiento; cada uno anda por su propio camino. Todos, sin excepción, procuran su propia ganancia.


No te enojes demasiado, Señor; no te acuerdes siempre de nuestras iniquidades. ¡Considera, por favor, que todos somos tu pueblo!


Pero los que sacrifican toros son como los que matan hombres; los que ofrecen corderos son como los que desnucan perros; los que presentan ofrendas de grano son como los que ofrecen sangre de cerdo, y los que queman ofrendas de incienso son como los que adoran ídolos. Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones.


El Señor ha escondido su rostro del pueblo de Jacob, pero yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza.


Pero el pueblo no ha querido reconocer al que lo ha castigado; no ha buscado al Señor Todopoderoso.


»En vano castigo a mi pueblo, pues rechaza mi corrección. Cual si fuera un león feroz, vuestra espada devoró a vuestros profetas.


»Pero tus ojos y tu corazón solo buscan ganancias deshonestas, solo buscan derramar sangre inocente y practicar la opresión y la violencia».


»¡Volveos a mí, apóstatas —afirma el Señor—, porque yo soy vuestro esposo! De vosotros tomaré uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os traeré a Sión.


«¡Volveos, apóstatas, y os curaré de vuestra infidelidad!» «Aquí estamos, a ti venimos, porque tú eres el Señor nuestro Dios.


Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad? Golpeaste a esa gente, y no les dolió, acabaste con ellos, y no quisieron ser corregidos. Endurecieron su rostro más que una roca, y no quisieron arrepentirse.


Tú, que habitas junto a muchas aguas y eres rica en tesoros, has llegado a tu fin, al final de tu existencia.


»Desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres, y sus campos a otros dueños. Porque, desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


He escuchado con suma atención, para ver si alguien habla con rectitud, pero nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho. Todos siguen su loca carrera, como caballos desbocados en combate.


Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas.


»¡Tened cuidado! —advirtió a la gente—. Absteneos de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes».


Por tanto, haced morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría.


Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.


Tienen los ojos llenos de adulterio y son insaciables en el pecar; seducen a las personas inconstantes; son expertos en la avaricia, ¡hijos de maldición!


Llevados por la avaricia, estos maestros os explotarán a vosotros con palabras engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su destrucción los acecha.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite