Isaías 56:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

² Dichoso el que así actúa, y se mantiene firme en sus convicciones; el que observa el sábado sin profanarlo, y se cuida de hacer lo malo».

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

² Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.

Biblia Nueva Traducción Viviente

² Benditos todos los que se aseguran de cumplir esto. Benditos los que honran mis días de descanso, y procuran no hacer el mal.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Feliz el hombre que siempre se comporta así, sin desmayar, que se fija en no profanar el sábado y trata de no hacer algo malo.

La Biblia Textual 3a Edicion

² ¡Cuán bienaventurado es el hombre que hace esto! El hijo de Adam que se aferra a ello, Que guarda el shabbat, para no profanarlo; Que guarda su mano de toda obra mala.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² Dichoso el hombre que esto hace y el hijo de hombre que se atiene a ello: que guarda el sábado sin profanarlo, y guarda su mano de hacer ningún mal.

Isaías 56:2 Referans Kwoze

Nehemías 13:17

Así que censuré la actitud de los nobles de Judá, y les dije: «¡Vosotros estáis pecando al profanar el sábado!

Salmos 106:3

Dichosos los que practican la justicia y hacen siempre lo que es justo.

Salmos 112:1

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.

Salmos 119:101

Aparto mis pies de toda mala senda para cumplir con tu palabra.

Salmos 128:1

Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos.

Salmos 34:14

que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga.

Salmos 37:27

Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás dónde vivir.

Éxodo 20:10

pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades.

Éxodo 20:8

»Acuérdate del sábado, para consagrarlo.

Proverbios 14:16

El sabio teme al Señor y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y demasiado confiado.

Proverbios 16:17

El camino del hombre recto evita el mal; el que quiere salvar su vida se fija por dónde va.

Proverbios 16:6

Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal.

Proverbios 4:13

Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, porque ella es tu vida.

Proverbios 4:27

No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad.

Eclesiastés 7:18

Conviene asirse bien de esto, sin soltar de la mano aquello. Quien teme a Dios saldrá bien en todo.

Isaías 56:4

Porque así dice el Señor: «A los eunucos que observen mis sábados, que elijan lo que me agrada y sean fieles a mi pacto,

Isaías 56:6

Y a los extranjeros que se han unido al Señor para servirle, para amar el nombre del Señor y adorarlo, a todos los que observan el sábado sin profanarlo y se mantienen firmes en mi pacto,

Isaías 58:13

»Si dejas de profanar el sábado, y no haces negocios en mi día santo; si llamas al sábado “delicia”, y al día santo del Señor, “honorable”; si te abstienes de profanarlo, y lo honras no haciendo negocios ni profiriendo palabras inútiles,

Ezequiel 20:12

También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagrado los sábados para mí.

Ezequiel 20:20

y observad mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre vosotros y yo, para que reconozcáis que yo soy el Señor vuestro Dios’.

Levítico 19:30

»Observad mis sábados, y tened reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.

Lucas 11:28

―Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.

Lucas 12:43

Dichoso el siervo cuyo señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber.

Juan 13:17

¿Entendéis esto? Dichosos seréis si lo ponéis en práctica.

Romanos 12:9

El amor debe ser sincero. Aborreced el mal; aferraos al bien.

Apocalipsis 22:14

»Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad.