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Isaías 55:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

6 Buscad al Señor mientras se deje encontrar, llamadlo mientras esté cercano.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo; llámenlo ahora, mientras está cerca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Busquen a Yavé ahora que lo pueden encontrar, llámenlo ahora que está cerca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¡Buscad a YHVH mientras puede ser hallado! ¡Invocadlo, mientras está cerca!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, invocadlo cuando está cerca.

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Isaías 55:6
45 Referans Kwoze  

»Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con buena disposición, pues el Señor escudriña todo corazón y discierne todo pensamiento. Si lo buscas, te permitirá que lo encuentres; si lo abandonas, te rechazará para siempre.


Pero hay cosas buenas a tu favor, pues has quitado del país las imágenes de la diosa Aserá, y has buscado a Dios de todo corazón».


Entonces uno de los descendientes de Elam, que se llamaba Secanías hijo de Jehiel, se dirigió a Esdras y le dijo: «Nosotros hemos sido infieles a nuestro Dios, pues tomamos por esposas a mujeres de los pueblos vecinos; pero todavía hay esperanza para Israel.


Pero, si tú vuelves la mirada a Dios, si le pides perdón al Todopoderoso,


Desde el cielo, el Señor contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios.


El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad.


¡Él ha dado poder a su pueblo! ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles, de los hijos de Israel, su pueblo cercano! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco.


Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.


Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas;


Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos tu nombre; ¡todos hablan de tus obras portentosas!


Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos un rebaño bajo su cuidado! Si oís hoy su voz,


A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer.


¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión; realmente es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!»


Todo mi ser te desea por las noches; por la mañana mi espíritu te busca. Pues, cuando tus juicios llegan a la tierra, los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia.


Desde ningún lugar de esta tierra tenebrosa les he hablado en secreto. Ni he dicho a los descendientes de Jacob: “Buscadme en el vacío”. Yo, el Señor, digo lo que es justo, y declaro lo que es recto.


»Volved a mí y sed salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.


Mi justicia no está lejana; mi salvación ya no tarda. ¡Estoy a punto de traerlas! Concederé salvación a Sión, y mi esplendor a Israel.


Así dice el Señor: «En el momento propicio te respondí, y en el día de salvación te ayudé. Ahora te guardaré, y haré de ti un pacto para el pueblo, para que restaures el país y repartas las propiedades asoladas;


Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: “¡Aquí estoy!” »Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa,


Para mi pueblo que me busca, Sarón será redil de ovejas; el valle de Acor, corral de vacas.


Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado.


Ellos os exhortaban: “Dejad ya vuestro mal camino y vuestras malas acciones. Así podréis habitar en la tierra que, desde siempre y para siempre, el Señor os ha dado a vosotros y a vuestros antepasados.


“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”.


»Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: “¡Arrepentíos! Apartaos de una vez por todas de vuestra idolatría y de toda práctica repugnante”.


Diles: “Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”


También me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves las grandes abominaciones que cometen los israelitas en este lugar, y que me hacen alejarme de mi santuario? Realmente no has visto nada todavía; peores abominaciones verás».


Por lo tanto, oh rey, yo te ruego que aceptes el consejo que te voy a dar: Renuncia a tus pecados y actúa con justicia; renuncia a tu maldad y sé bondadoso con los oprimidos. Tal vez entonces tu prosperidad vuelva a ser la de antes».


¡Sembrad para vosotros justicia! ¡Cosechad el fruto del amor, y poneos a labrar el barbecho! ¡Ya es tiempo de buscar al Señor!, hasta que él venga y os envíe lluvias de justicia.


Buscad al Señor y viviréis, no sea que él caiga como fuego sobre los descendientes de José, fuego que devore a Betel sin que haya quien lo apague.


Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos.


»Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras estéis de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel.


Tan pronto como el dueño de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, desde afuera os pondréis a golpear la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”. Pero él os contestará: “No sé quiénes sois”.


De nuevo Jesús les dijo: ―Yo me voy, y vosotros me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.


Así que os pido que no os desaniméis a causa de lo que sufro por vosotros, ya que estos sufrimientos míos son para vosotros un honor.


»Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás.


¿Qué otra nación hay tan grande como la nuestra? ¿Qué nación tiene dioses tan cerca de ella como lo está de nosotros el Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos?


¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron.


Más bien, mientras dure ese «hoy», animaos unos a otros cada día, para que ninguno de vosotros os endurezcáis por el engaño del pecado.


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