Isaías 50:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 20172 ¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar? ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos? Yo seco el mar con una simple reprensión, y convierto los ríos en desierto; por falta de agua, sus peces se pudren y se mueren de sed. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19602 ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente2 ¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Se debe a que no tengo poder para rescatar? ¡No, no es esa la razón! ¡Pues yo puedo hablarle al mar y hacer que se seque! Puedo convertir los ríos en desiertos llenos de peces muertos. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)2 O bien, ¿a quién debo yo dinero, y a quién los he vendido? Por culpa de sus pecados fueron vendidos y por sus infidelidades me divorcié de su madre. ¿Por qué, cuando llegué, no encontré a nadie, y cuando llamé, nadie me respondió? ¿Se me habrá acortado el brazo, que no alcanza a salvar, o será que ya no tengo fuerzas? Con un solo gesto dejo seco el mar y cambio los ríos en desiertos. Sus peces, sin agua, quedan en seco y mueren de sed. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion2 ¿Y por qué cuando Yo vengo no hay nadie, Y cuando llamó nadie responde? ¿Se ha acortado mi mano para redimir? ¿No tengo ya fuerza para salvar? He aquí, a mi reprensión se seca el mar, Convierto los ríos en desierto, Sus peces mueren de sed, Y hieden por la falta de agua. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19752 ¿Por qué, cuando vine, no había nadie; cuando llamé, nadie respondió? ¿Es demasiado corta mi mano para librar o no hay en mí fuerza para salvar? Mirad: con mi amenaza seco el mar, convierto los ríos en desierto; apestan sus peces por falta de agua y se mueren de sed. Gade chapit la |
Además, no he dejado de enviaros a mis siervos, los profetas, para deciros: ‘Convertíos ya de vuestro mal camino, enmendad vuestras acciones y no sigáis a otros dioses para servirlos; entonces habitaréis en la tierra que yo os he dado a vosotros y a vuestros antepasados’. Pero no me habéis prestado atención; no me habéis hecho caso.
estas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a gran distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó.