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Isaías 49:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

10 No tendrán hambre ni sed, no los abatirá el sol ni el calor, porque los guiará quien tiene compasión de ellos, y los conducirá junto a manantiales de agua.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 No tendrán hambre ni sed, y el sol ardiente ya no los alcanzará. Pues el Señor en su misericordia los guiará; los guiará junto a aguas frescas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 No padecerán hambre ni sed, y no estarán expuestos al viento quemante ni al sol; pues el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta donde están las vertientes de agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 No tendrán hambre ni sed, Ni los herirá el calor abrasador ni el sol, Porque los conduce el que los compadece, Y los guía a manantiales de agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 No tendrán hambre ni sed, no los herirá el bochorno ni el sol, pues quien se apiada de ellos los guía, y a los manantiales de agua los conduce.

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Isaías 49:10
28 Referans Kwoze  

En verdad, el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propia tierra. Los extranjeros se juntarán con ellos, y se unirán a los descendientes de Jacob.


Porque tú has sido, en su angustia, un baluarte para el desvalido, un refugio para el necesitado, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. En cambio, el aliento de los crueles es como una tormenta contra un muro,


Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.


Este tal morará en las alturas; tendrá como refugio una fortaleza de rocas, se le proveerá de pan, y no le faltará el agua.


saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal.


La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta, en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros.


que servirá de cobertizo, para dar sombra contra el calor del día, y de refugio y protección contra la lluvia y la tormenta.


Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas.


»Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; la sed les ha resecado la lengua. Pero yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.


¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no os dais cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.


Esto es lo que dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene, que te guía por el camino en que debes andar.


Cuando los guio a través de los desiertos, no tuvieron sed; hizo que de la roca brotara agua para ellos; partió la roca, y manaron las aguas.


Pronto serán liberados los prisioneros; no morirán en el calabozo, ni les faltará el pan.


Pero no tendréis que apresuraros ni salir huyendo, porque el Señor marchará a la cabeza; ¡el Dios de Israel os cubrirá la espalda!


Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el Señor, que de ti se compadece—.


Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti; pero con amor eterno tendré compasión de ti —dice el Señor, tu Redentor—.


El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.


Por eso, así dice el Señor omnipotente: «Mis siervos comerán, pero vosotros pasaréis hambre; mis siervos beberán, pero vosotros sufriréis sed; mis siervos se alegrarán, pero vosotros seréis avergonzados.


Entre llantos vendrán, y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.


Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor.


Al salir el sol, Dios dispuso un viento oriental abrasador. Además, el sol hería a Jonás en la cabeza, de modo que este desfallecía. Con deseos de morirse, exclamó: «¡Prefiero morir que seguir viviendo!»


Pastorea con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu propiedad, que habita solitario en el bosque, en medio de la espesura. Hazlo pastar en Basán y en Galaad como en los tiempos pasados.


Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.


―Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.


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