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Isaías 45:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre.

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Biblia Reina Valera 1960

3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Te daré tesoros escondidos en la oscuridad, riquezas secretas. Lo haré para que sepas que yo soy el Señor, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Te daré los tesoros secretos y las riquezas escondidas, para que sepas que Yo soy Yavé, el Dios de Israel que te llamó por tu nombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Te daré los tesoros escondidos, riquezas ocultas de los lugares secretos, Para que sepas que Yo, YHVH, que te llama por tu nombre, Soy el Dios de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 te daré tesoros ocultos, riquezas escondidas, para que sepas que yo soy Yahveh, quien te llama por tu nombre, el Dios de Israel.

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Isaías 45:3
15 Referans Kwoze  

Señor, Dios de Israel, ¡confirma ahora esta promesa que le hiciste a tu siervo David!


«Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá.


Moisés le dijo al Señor: ―Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor.


―Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo.


Decidnos qué nos depara el futuro; así sabremos que vosotros sois dioses. Haced algo, bueno o malo, para verlo y llenarnos de terror.


Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.


Solo yo he hablado; solo yo lo he llamado. Lo haré venir, y triunfará en su misión.


Escuchad, costas lejanas, oíd esto, naciones distantes: El Señor me llamó antes de que yo naciera, en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.


Había entre ellos diez hombres que le rogaron a Ismael: ―¡No nos mates; tenemos escondidos en el campo trigo, cebada, aceite y miel! Ismael accedió, y no los mató como a sus compañeros.


¡Atacadla desde los confines de la tierra! ¡Abrid sus graneros! ¡Amontonadla como las gavillas! ¡Destruidla por completo! ¡Que no quede nada de ella!


¡Muerte a sus caballos y carros! ¡Muerte a todos sus mercenarios! ¡Que se vuelvan como mujeres! ¡Muerte a sus tesoros! ¡Que sean saqueados!


Tú, que habitas junto a muchas aguas y eres rica en tesoros, has llegado a tu fin, al final de tu existencia.


Aunque Babilonia suba hasta los cielos, y en lo alto fortifique sus baluartes, yo enviaré destructores contra ella —afirma el Señor—.


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