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Isaías 40:31 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

31 pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

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Biblia Reina Valera 1960

31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 los que en El confían recuperan fuerzas, y les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse. Ciro, libertador de Israel

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Pero los que esperan en YHVH tienen nuevas fuerzas, Remontan vuelo como las águilas, Corren y no se fatigan, andan y no se cansan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 pero los que esperan en Yahveh cobrarán nueva fuerza, les crecerán las alas como a las águilas, correrán y no se fatigarán, andarán y no se cansarán.

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Isaías 40:31
46 Referans Kwoze  

la gente recta se aferra a su camino y los de manos limpias aumentan su fuerza.


él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas.


Como dirigen los esclavos la mirada hacia la mano de su amo, como dirige la esclava la mirada hacia la mano de su ama, así dirigimos la mirada al Señor nuestro Dios, hasta que nos muestre compasión.


Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.


¡Concede, Señor, la victoria al rey! ¡Respóndenos cuando te llamemos!


Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza.


Quien en ti pone su esperanza jamás será avergonzado; pero quedarán en vergüenza los que traicionan sin razón.


Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día!


Pero tú, espera en el Señor, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos.


Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.


Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas, y en Sión se presentan ante el Dios de dioses.


Oye mi oración, Señor Dios Todopoderoso; escúchame, Dios de Jacob. Selah


¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre;


Plantados en la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios.


“Vosotros sois testigos de lo que hice a los egipcios, y de que os he traído hacia mí como sobre alas de águila.


el rastro del águila en el cielo, el rastro de la serpiente en la roca, el rastro del barco en alta mar, y el rastro del hombre en la mujer.


¿Quién es esta que sube por el desierto apoyada sobre el hombro de su amado? Bajo el manzano te desperté; allí te concibió tu madre, allí mismo te dio a luz.


En aquel día se dirá: «¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Este es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»


Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está vuestra salvación, en la serenidad y la confianza está vuestra fuerza, ¡pero vosotros no lo queréis reconocer!


Por eso el Señor os espera, para tener piedad de vosotros; por eso se levanta para mostraros compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan!


«¡Callad en mi presencia, costas lejanas! ¡Naciones, renovad vuestras fuerzas! Acercaos y hablad; reunámonos para juicio.


Fuera de ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como tú, actúe en favor de quienes en él confían.


El Señor ha escondido su rostro del pueblo de Jacob, pero yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza.


Moab será devastada y sus ciudades, invadidas —afirma el Rey, cuyo nombre es el Señor Todopoderoso—: Lo mejor de su juventud descenderá al matadero.


Yo mismo los fortaleceré, y ellos caminarán en mi nombre», afirma el Señor.


Jesús contó una parábola a sus discípulos para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.


Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.


Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos.


Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.


No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.


como un águila que agita el nido y revolotea sobre sus polluelos, que despliega su plumaje y los lleva sobre sus alas.


Tus cerrojos serán de hierro y bronce; ¡que dure tu fuerza tanto como tus días!


y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.


Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.


Así pues, considerad a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis el ánimo.


Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces.


Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, al lugar donde sería sustentada durante un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la serpiente.


Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte.


El primero de los seres vivientes era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro como de hombre; el cuarto era semejante a un águila en vuelo.


Entonces Sansón oró al Señor: «Oh Soberano Señor, acuérdate de mí. Oh Dios, te ruego que me fortalezcas solo una vez más, y déjame de una vez por todas vengarme de los filisteos por haberme sacado los ojos».


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