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Isaías 38:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

15 »Pero ¿qué puedo decir? Él mismo me lo anunció, y así lo ha hecho. La amargura de mi alma me ha quitado el sueño.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 ¿Qué diré? El que me lo dijo, él mismo lo ha hecho. Andaré humildemente todos mis años, a causa de aquella amargura de mi alma.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Pero ¿qué podía decir? Pues él mismo envió esta enfermedad. Ahora caminaré con humildad durante el resto de mis años a causa de esta angustia que he sentido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¿Qué diré, y de qué le hablaré, cuando El mismo lo ha hecho? ¡Ojalá pudiera alabarlo con ocasión de mi mal todos los años de mi vida,

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¿Qué puedo decir o pensar, si Él es quien lo hace? En la amargura de mi alma, Andaré con inquietud todos mis años.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¿Qué hablaré? Él me lo dijo y él lo ha hecho: caminaré todos mis días, hundido en la amargura de mi alma.

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Isaías 38:15
13 Referans Kwoze  

Cuando Acab escuchó estas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y ayunó. Dormía vestido así y andaba deprimido.


Pero luego fue a la montaña y se abrazó a los pies del hombre de Dios. Guiezi se acercó con el propósito de apartarla, pero el hombre de Dios intervino: ―¡Déjala! Está muy angustiada, y el Señor me ha ocultado lo que pasa; no me ha dicho nada.


»Y ahora, después de lo que hemos hecho, ¿qué podemos decirte? No hemos cumplido los mandamientos


»¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma.


Otros mueren con el ánimo amargado, sin haber disfrutado de lo bueno.


»Por lo que a mí respecta, no guardaré silencio; la angustia de mi alma me lleva a hablar, la amargura en que vivo me obliga a protestar.


Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante.


Dales licor a los moribundos, y vino a los amargados;


Sin duda, fue para mi bien pasar por tal angustia. Con tu amor me guardaste de la fosa destructora, y les diste la espalda a mis pecados.


»Ahora todo mi ser está angustiado, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!


Dime, Señor, ¿qué puedo decir ahora que Israel ha huido de sus enemigos?


con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente.


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