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Isaías 33:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

2 Señor, ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos. Sé nuestra fortaleza cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, porque hemos esperado en ti. Sé nuestro brazo fuerte cada día y nuestra salvación en los tiempos difíciles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Yavé, ten compasión, pues en ti esperamos! Sé tú nuestro apoyo, por la mañana, y nuestra salvación en el tiempo de la angustia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Oh YHVH, ten misericordia de nosotros! ¡En ti esperamos! ¡Sé nuestro brazo cada mañana, y nuestra salvación en el peligro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yahveh, ten piedad de nosotros, en ti esperamos; sé nuestro brazo cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.

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Isaías 33:2
35 Referans Kwoze  

Como dirigen los esclavos la mirada hacia la mano de su amo, como dirige la esclava la mirada hacia la mano de su ama, así dirigimos la mirada al Señor nuestro Dios, hasta que nos muestre compasión.


Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.


Quien en ti pone su esperanza jamás será avergonzado; pero quedarán en vergüenza los que traicionan sin razón.


El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?


Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como esperamos de ti.


La salvación de los justos viene del Señor; él es su fortaleza en tiempos de angustia.


Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.


Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba, Dios le brindará su ayuda.


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda humana.


Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación.


Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza.


Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio! Selah


Días y años nos has afligido, nos has hecho sufrir; ¡devuélvenos ahora ese tiempo en alegría!


Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.


Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al despuntar el alba, el agua volvió a su estado normal. Los egipcios, en su huida, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en el fondo del mar.


Porque te olvidaste del Dios de tu salvación; no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por eso, aunque siembres las plantas más selectas y plantes vides importadas,


Porque tú has sido, en su angustia, un baluarte para el desvalido, un refugio para el necesitado, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. En cambio, el aliento de los crueles es como una tormenta contra un muro,


En aquel día se dirá: «¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Este es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»


Señor, en la angustia te buscaron; apenas si lograban susurrar una oración cuando tú ya los corregías.


Sí, en ti esperamos, Señor, y en la senda de tus juicios; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra vida.


Y le dijeron: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz.


Mirad, el Señor omnipotente llega con poder, y con su brazo gobierna. Su galardón lo acompaña; su recompensa lo precede.


Ya se acerca mi justicia, mi salvación está en camino; ¡mi brazo juzgará a las naciones! Las costas lejanas confían en mí, y ponen su esperanza en mi brazo.


Lo ha visto, y le ha asombrado ver que no hay nadie que intervenga. Por eso su propio brazo vendrá a salvarlos; su propia justicia los sostendrá.


El Señor ha escondido su rostro del pueblo de Jacob, pero yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza.


Tú, esperanza y salvación de Israel en momentos de angustia, ¿por qué actúas en el país como un peregrino, como un viajero que solo pasa la noche?


Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!


Piensa bien lo que le dirás, y vuélvete al Señor con este ruego: «Perdónanos nuestra perversidad, y recíbenos con benevolencia, pues queremos ofrecerte el fruto de nuestros labios.


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