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Isaías 12:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

1 En aquel día dirás: «Señor, yo te alabaré aunque te hayas enojado conmigo. Tu ira se ha calmado, y me has dado consuelo.

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Biblia Reina Valera 1960

1 En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En aquel día, tú cantarás: «¡Te alabaré, oh Señor! Estabas enojado conmigo, pero ya no. Ahora me consuelas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Y dirás aquel día: 'Te doy gracias, Yavé, porque estabas enojado conmigo, pero se te pasó el enojo y me levantaste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Aquel día dirás: Cantaré° a ti, oh YHVH, Porque estabas airado contra mí, Pero tu indignación ha cesado Y me has consolado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aquel día dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te habías enojado contra mí, se calmó ya tu ira y me has consolado.

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Isaías 12:1
55 Referans Kwoze  

Luego Nehemías añadió: «Ya podéis iros. Comed bien, tomad bebidas dulces y compartid vuestra comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estéis tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza».


Ciertamente olvidarás tus pesares, o los recordarás como el agua que pasó.


En esto radica mi liberación: en que ningún impío comparecería ante él.


Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.


Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme.


Restáuranos una vez más, Dios y Salvador nuestro; pon fin a tu disgusto con nosotros.


Dame una muestra de tu amor, para que mis enemigos la vean y se avergüencen, porque tú, Señor, me has brindado ayuda y consuelo.


Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas.


Dentro de muy poco tiempo mi indignación contra ti llegará a su fin, y mi ira destruirá a tus enemigos».


No les quedará más remedio que humillarse entre los cautivos o morir entre los masacrados. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; ¡su mano aún sigue extendida!


Para el remanente de su pueblo, para los que hayan quedado de Asiria, habrá un camino, como lo hubo para Israel cuando salió de Egipto.


Cuando el Señor los haga descansar de su sufrimiento, de su tormento y de la cruel esclavitud a la que fueron sometidos,


Los ojos del altivo serán humillados y la arrogancia humana será doblegada. ¡En aquel día solo el Señor será exaltado!


Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros.


En aquel día se dirá: «¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Este es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»


En aquel día se entonará esta canción en la tierra de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte. Como un muro, como un baluarte, Dios ha puesto su salvación.


Y volverán los rescatados por el Señor, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.


Vosotros los cielos, ¡gritad de alegría! Tierra, ¡regocíjate! Montañas, ¡prorrumpid en canciones! Porque el Señor consuela a su pueblo y tiene compasión de sus pobres.


Sin duda, el Señor consolará a Sión; consolará todas sus ruinas. Convertirá en un Edén su desierto; en huerto del Señor sus tierras secas. En ella encontrarán alegría y regocijo, acción de gracias y música de salmos.


Te abandoné por un instante, pero con profunda compasión volveré a unirme contigo.


Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti; pero con amor eterno tendré compasión de ti —dice el Señor, tu Redentor—.


»Para mí es como en los días de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra. Así he jurado no enojarme más contigo, ni volver a reprenderte.


»Los extranjeros reconstruirán tus muros, y sus reyes te servirán. Aunque en mi furor te castigué, por mi bondad tendré compasión de ti.


Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema, o una novia adornada con sus joyas.


Sales al encuentro de los que, alegres, practican la justicia y recuerdan tus caminos. Pero te enojas si persistimos en desviarnos de ellos. ¿Cómo podremos ser salvos?


Alegraos más bien, y regocijaos por siempre, por lo que estoy a punto de crear: he aquí que voy a crear una Jerusalén feliz, un pueblo lleno de alegría.


Como madre que consuela a su hijo, así yo os consolaré a vosotros; en Jerusalén seréis consolados».


Surgirán de ellos cánticos de gratitud, y gritos de alegría. Multiplicaré su descendencia, y no disminuirá; los honraré, y no serán menospreciados.


Entonces las jóvenes danzarán con alegría, y los jóvenes junto con los ancianos. Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría.


»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín? ¿Cómo podría abandonarte, Israel? ¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá! ¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín! Dentro de mí, el corazón me da vuelcos, y se me conmueven las entrañas.


¡Venid, volvámonos al Señor! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará.


»Por lo tanto, así dice el Señor: “Volveré a compadecerme de Jerusalén. Allí se reconstruirá mi templo, y se extenderá el cordel de medir, afirma el Señor Todopoderoso”.


»En aquel día los cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción: Consagrado al Señor. Las ollas de cocina del templo del Señor serán como los tazones sagrados que están frente al altar del sacrificio.


El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios, y su nombre será el único nombre.


Pero ya no trataré al remanente de este pueblo como lo hice en el pasado —afirma el Señor Todopoderoso—.


«Así dice el Señor Todopoderoso: »“Para Judá, los ayunos de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo serán motivo de gozo y de alegría, y de animadas festividades. Amad, pues, la verdad y la paz”.


Pues, si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a la vida?


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