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Hechos 9:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

5 ―¿Quién eres, Señor? —preguntó. ―Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 —¿Quién eres, señor? —preguntó Saulo. —Yo soy Jesús, ¡a quien tú persigues! —contestó la voz—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Preguntó él: '¿Quién eres tú, Señor?' Y él respondió: 'Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Contestó: ¿Quién eres, Señor? Y Él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Él dijo: '¿Quién eres, Señor?'. Y él: 'Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

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Hechos 9:5
15 Referans Kwoze  

Profunda es su sabiduría, vasto su poder. ¿Quién puede desafiarlo y salir bien librado?


Besadle los pies, no sea que se enoje y seáis destruidos en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan refugio!


¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: «¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no tiene agarraderas!»?


―¡De ninguna manera, Señor! —replicó Pedro—. Jamás he comido nada impuro o inmundo.


Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?”


»Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret.


pero, si es de Dios, no podréis destruirlos, y os encontraréis luchando contra Dios». Se dejaron persuadir por Gamaliel.


Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: ―Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?


Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.


¿O vamos a provocar a celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?


»Jesurún engordó y pateó; se hartó de comida, y se puso corpulento y rollizo. Abandonó al Dios que le dio vida y rechazó a la Roca, su Salvador.


No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.


Anteriormente, yo era un blasfemo, un perseguidor y un insolente; pero Dios tuvo misericordia de mí porque yo era un incrédulo y actuaba con ignorancia.


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