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Hechos 7:35 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

35 »A este mismo Moisés, a quien habían rechazado diciéndole: “¿Y quién te nombró gobernante y juez?”, Dios lo envió para ser gobernante y libertador, mediante el poder del ángel que se le apareció en la zarza.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a este lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 »Así que Dios envió de vuelta al mismo hombre que su pueblo había rechazado anteriormente cuando le preguntaron: “¿Quién te puso como gobernante y juez sobre nosotros?”. Mediante el ángel que se le apareció en la zarza ardiente, Dios envió a Moisés para que fuera gobernante y salvador.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 A este Moisés, al que rechazaron diciendo: '¿Quién te nombró jefe y juez?', Dios lo envió como jefe y libertador, con la asistencia del ángel que se le apareció en la zarza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 A este Moisés, a quien rechazaron, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez? a éste envió Dios como príncipe y libertador, por mano del ángel que se le apareció en la zarza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 A este Moisés a quien habían rechazado diciendo: '¿Quién te ha constituido príncipe y juez?', Dios lo envió como príncipe y libertador, con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza.

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Hechos 7:35
32 Referans Kwoze  

sino que es Dios el que juzga: a unos humilla y a otros exalta.


Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo.


Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del ejército israelita, se dio la vuelta y fue a situarse detrás de este. Lo mismo sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó hacia la retaguardia,


Cuando ya iba a amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos:


―¿Y quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros? —respondió aquel—. ¿Acaso piensas matarme a mí, como mataste al egipcio? Esto le causó temor a Moisés, pues pensó: «¡Ya se supo lo que hice!»


Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré.


Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.


de todas sus angustias. Él mismo los salvó; no envió un emisario ni un ángel. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en sus brazos como en los tiempos de antaño.


También sabes que clamamos al Señor, y que él escuchó nuestra súplica y nos envió un ángel que nos sacó de Egipto. »”Ya estamos en Cades, población que está en las inmediaciones de tu territorio.


Pero, en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”?


Pero sus súbditos lo odiaban y mandaron tras él una delegación a decir: “No queremos a este por rey”.


―¡No, no sueltes a ese; suelta a Barrabás! —volvieron a gritar desaforadamente. Y Barrabás era un bandido.


―¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! —vociferaron. ―¿Acaso voy a crucificar a vuestro rey? —replicó Pilato. ―No tenemos más rey que el emperador romano —contestaron los jefes de los sacerdotes.


»Por tanto, sepa bien todo Israel que a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».


Moisés dijo: “El Señor vuestro Dios hará surgir para vosotros, de entre vuestros propios hermanos, a un profeta como yo; prestad atención a todo lo que os diga.


Por su poder, Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.


»Pasados cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto cercano al monte Sinaí, en las llamas de una zarza que ardía.


»¡Tercos, duros de corazón y oídos! Vosotros sois iguales que vuestros antepasados: ¡Siempre resistís al Espíritu Santo!


Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación,


Porque, si el mensaje anunciado por los ángeles tuvo validez, y toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo,


y cantaban el himno de Moisés, siervo de Dios, y el himno del Cordero: «Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.


Pero algunos insolentes protestaron: «¿Y este es el que nos va a salvar?» Y fue tanto su desprecio por Saúl que ni le ofrecieron regalos. Saúl, por su parte, no les hizo caso.


»Después de que Jacob entró en Egipto, sus descendientes clamaron al Señor. Entonces el Señor envió a Moisés y a Aarón para sacarlos de Egipto y establecerlos en este lugar.


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