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Hechos 20:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

32 »Ahora os encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder para edificaros y daros herencia entre todos los santificados.

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Biblia Reina Valera 1960

32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 »Y ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, que tiene poder para edificarlos y darles una herencia junto con todos los que él ha consagrado para sí mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Ahora los encomiendo a Dios y a su Palabra portadora de su gracia, que tiene eficacia para edificar sus personas y entregarles la herencia junto a todos los santos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Y ahora, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que puede edificar y dar la herencia a todos los santificados.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Ahora os dejo encomendados al Señor y a la palabra de su gracia, que tiene poder para edificar y concederos la herencia con todos los santificados.

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Hechos 20:32
37 Referans Kwoze  

Tiempo después, José dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero sin duda Dios vendrá a ayudaros, y os llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob».


»Yo mismo dije: »“¡Cómo quisiera tratarte como a un hijo, y darte una tierra codiciable, la heredad más hermosa de las naciones!” Yo creía que me llamarías “Padre mío”, y que nunca dejarías de seguirme.


¡Abandona a tus huérfanos, que yo les protegeré la vida! ¡Tus viudas pueden confiar en mí!»


Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él. ―Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?


Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he comunicado.


Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.


Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,


En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en quien habían creído.


De Atalía navegaron a Antioquía, donde se los había encomendado a la gracia de Dios para la obra que ya habían realizado.


En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo, hablando valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su gracia haciendo señales y prodigios por medio de ellos.


mientras que Pablo escogió a Silas. Después de que los hermanos lo encomendaron a la gracia del Señor, Pablo partió


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.


para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.


Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor. E iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.


Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.


a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:


ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.


Y eso erais algunos de vosotros. Pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.


¿No sabéis que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No os dejéis engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales,


Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.


Pido también que os sean iluminados los ojos del corazón para que sepáis a qué esperanza él os ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos,


a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.


Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.


Porque podéis estar seguros de que nadie que sea avaro (es decir, idólatra), inmoral o impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.


dando gracias con alegría al Padre. Él os ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz.


arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se os enseñó, y llenos de gratitud.


conscientes de que el Señor os recompensará con la herencia. Vosotros servís a Cristo el Señor.


Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.


No os dejéis llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas. Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia, y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.


Tanto el que santifica como los que son santificados tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos,


Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto.


Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los que son amados por Dios el Padre, guardados por Jesucristo y llamados a la salvación:


Vosotros, en cambio, queridos hermanos, manteneos en el amor de Dios, edificándoos sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperáis que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, os conceda vida eterna.


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