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Hechos 14:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

22 fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 donde fortalecieron a los creyentes. Los animaron a continuar en la fe, y les recordaron que debemos sufrir muchas privaciones para entrar en el reino de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 A su paso animaban a los discípulos y los invitaban a perseverar en la fe; les decían: 'Es necesario que pasemos por muchas pruebas para entrar en el Reino de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 fortaleciendo los ánimos de los discípulos; y exhortándolos a permanecer en la fe, les decían: Es necesario que entremos en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 confortando a los discípulos y exhortándolos a permanecer en la fe, diciéndoles que por muchas tribulaciones tenemos que pasar para entrar en el reino de Dios.

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Hechos 14:22
49 Referans Kwoze  

Fortaleced las manos débiles, afirmad las rodillas temblorosas;


y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.


Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.


De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.


recibirá cien veces más ahora en este tiempo (casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones); y en la edad venidera, la vida eterna.


Y, si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al infierno,


¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria?


»Si el mundo os aborrece, tened presente que, antes que a vosotros, me aborreció a mí.


Recordad lo que os dije: “Ningún siervo es más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las vuestras.


Yo os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendréis aflicciones, pero ¡tened ánimo! Yo he vencido al mundo.


―Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.


Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,


y, cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Durante todo un año se reunieron los dos con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó «cristianos» por primera vez.


Entonces decidieron que cada uno de los discípulos, según los recursos de cada cual, enviaría ayuda a los hermanos que vivían en Judea.


Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios.


Pero, cuando lo rodearon los discípulos, él se levantó y volvió a entrar en la ciudad. Al día siguiente, partió para Derbe en compañía de Bernabé.


Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.


Judas y Silas, que también eran profetas, hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos.


y viajó por Siria y Cilicia, consolidando a las iglesias.


Después de pasar algún tiempo allí, Pablo se fue a visitar una por una las congregaciones de Galacia y Frigia, animando a todos los discípulos.


Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.


Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.


Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.


Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo.


Porque a vosotros se os ha concedido, no solo creer en Cristo, sino también sufrir por él,


con tal de que os mantengáis firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Este es el evangelio que vosotros oísteis y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.


Que os fortalezca interiormente para que, cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos, vuestra santidad sea intachable delante de nuestro Dios y Padre.


Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa estoy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio.


Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús,


Para esto fuisteis llamados, porque Cristo sufrió por vosotros, dándoos ejemplo para que sigáis sus pasos.


Y, después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que os llamó a su gloria eterna en Cristo, os restaurará y os hará fuertes, firmes y estables.


Resistidlo, manteniéndoos firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.


y se os abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


Queridos hermanos, he deseado intensamente escribiros acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogaros que sigáis luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos.


Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


No tengas miedo de lo que vas a sufrir. Te advierto que a algunos de vosotros el diablo os meterá en la cárcel para poneros a prueba, y sufriréis persecución durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.


―Eso tú lo sabes, mi señor —respondí. Él me dijo: ―Aquellos son los que están saliendo de la gran tribulación; han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.


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