Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Hechos 10:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

28 Entonces les habló así: ―Vosotros sabéis muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Pedro les dijo: —Ustedes saben que va en contra de nuestras leyes que un hombre judío se relacione con gentiles o que entre en su casa; pero Dios me ha mostrado que ya no debo pensar que alguien es impuro o inmundo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

28 les dijo: 'Ustedes saben que no está permitido a un judío juntarse con ningún extranjero ni entrar en su casa. Pero a mí me ha manifestado Dios que no hay que llamar profano a ningún hombre ni considerarlo impuro.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

28 y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío reunirse o asociarse con un extranjero, pero Dios me ha mostrado que no llame común o inmundo a ningún hombre.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 a los cuales dijo: 'Vosotros sabéis que está prohibido a un judío juntarse o acercarse a un extranjero; sin embargo, Dios me ha hecho ver que a ningún hombre se le debe considerar profano o impuro.

Gade chapit la Kopi




Hechos 10:28
15 Referans Kwoze  

que dicen: “¡Mantente alejado! ¡No te acerques a mí! ¡Soy demasiado sagrado para ti!” Todo esto me fastidia como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día!


y vieron a algunos de sus discípulos que comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.


El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.


Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya amanecía, los judíos no entraron en el palacio, pues de hacerlo se contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.


En esto llegaron sus discípulos y se sorprendieron de verlo hablando con una mujer, aunque ninguno le preguntó: «¿Qué pretendes?» o «¿De qué hablas con ella?»


Pero, como los judíos no se tratan con los samaritanos, la mujer le respondió: ―¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?


Por eso, cuando enviasteis por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permitidme que os pregunte: ¿para qué me habéis hecho venir?


Por segunda vez insistió la voz del cielo: “Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro”.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite