Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Gálatas 6:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

14 En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 En cuanto a mí, que nunca me jacte de otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Debido a esa cruz, mi interés por este mundo fue crucificado y el interés del mundo por mí también ha muerto.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 En cuanto a mí, no quiero sentirme orgulloso más que de la cruz de Cristo Jesús, nuestro Señor. Por él el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pero jamás me suceda gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesús, el Mesías, por medio de la cual el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pero, en cuanto a mí, ¡líbreme Dios de gloriarme en otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, mediante la cual el mundo fue crucificado para mí y yo para el mundo!

Gade chapit la Kopi




Gálatas 6:14
37 Referans Kwoze  

¿Temeré a los que confían en sus riquezas y se jactan de sus muchas posesiones?


¿Prepotente, por qué te jactas de tu maldad? ¡El amor de Dios es constante!


«Hijo de hombre, adviértele al rey de Tiro que así dice el Señor omnipotente: »“En la intimidad de tu arrogancia dijiste: ‘Yo soy un dios. Me encuentro en alta mar sentado en un trono de dioses’. ¡Pero tú no eres un dios, aunque te creas que lo eres! ¡Tú eres un simple mortal!


Volverá, acabará con esos labradores y dará el viñedo a otros». Al oír esto, la gente exclamó: ―¡Dios no lo quiera!


Verdaderamente, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles.


¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?


Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado;


mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles,


Por lo tanto, mis queridos hermanos, manteneos firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.


Me propuse más bien, estando entre vosotros, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de este crucificado.


Por lo tanto, ¡que nadie base su orgullo en el hombre! Al fin y al cabo, todo es vuestro,


Pero seguiré haciendo lo que hago, a fin de quitar todo pretexto a aquellos que, buscando una oportunidad para hacerse iguales a nosotros, se jactan de lo que hacen.


Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre,


»Ahora bien, cuando buscamos ser justificados por Cristo, se hace evidente que nosotros mismos somos pecadores. ¿Quiere esto decir que Cristo está al servicio del pecado? ¡De ninguna manera!


Yo, por mi parte, mediante la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios.


He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.


Si esto es así, ¿estará la ley en contra de las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Si se hubiera promulgado una ley capaz de dar vida, entonces sí que la justicia se basaría en la ley.


Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.


Como os he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.


Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.


Si con Cristo vosotros ya habéis muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecierais al mundo, os sometéis a preceptos tales como:


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite