Ezequiel 8:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 201716 Y me llevó al atrio interior del templo. A la entrada del templo, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que estaban mirando hacia el oriente y adoraban al sol, de espaldas al templo del Señor. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196016 Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente16 Entonces me llevó al atrio interior del templo del Señor. En la entrada del santuario, entre la antesala y el altar de bronce, había unos veinticinco hombres de espaldas al santuario del Señor. ¡Estaban inclinados hacia el oriente, rindiendo culto al sol! Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)16 Me llevó al patio interior del Templo de Yavé, y a la entrada del Templo de Yavé, entre el vestíbulo y el altar, veo alrededor de veinticinco hombres que daban la espalda al Templo de Yavé. Estaban allí mirando hacia el este y se prosternaban delante del sol. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion16 Y me llevó al atrio interior de la Casa de YHVH, y he aquí, que a la entrada del templo de YHVH, entre el pórtico y el altar, había unos veinticinco varones vueltos de espaldas al templo de YHVH, con sus rostros hacia el oriente, los cuales estaban postrándose hacia el oriente, adorando al sol. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197516 Me llevó entonces al atrio interior del templo de Yahveh. Y vi que allí, a la entrada del santuario de Yahveh, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres, de espaldas al santuario de Yahveh y de cara al oriente, adorando al Sol en dirección al oriente. Gade chapit la |
Al contrario, seguiremos haciendo lo que ya hemos dicho: Ofreceremos incienso y libaciones a la Reina del Cielo, como hemos hecho nosotros y como antes hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y nuestros funcionarios en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. En aquel tiempo teníamos comida en abundancia, nos iba muy bien y no sufríamos ninguna calamidad.