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Ezequiel 40:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Dios me llevó allí, y vi un hombre que parecía hecho de bronce. Estaba de pie junto a la puerta, y en su mano tenía una cuerda de lino y una vara de medir.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; y él estaba a la puerta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 A medida que me acercaba, vi a un hombre de pie junto a una puerta de entrada y su rostro brillaba como el bronce. En la mano tenía una cuerda de medir hecha de lino y una vara para medir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Me llevó para allá y vi a la entrada a un hombre que parecía de bronce; en su mano tenía un cordel de lino y una vara para medir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Me llevó allí, y he aquí un varón cuyo aspecto era el del bronce, con un cordel de lino y una caña de medir en la mano, estaba de pie junto a la puerta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Me llevó allí y vi que allí había un hombre que parecía de bronce, con una cuerda de lino en la mano y una caña de medir. Estaba de pie junto a la puerta.

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Ezequiel 40:3
14 Referans Kwoze  

Pondré como nivel la justicia, y la rectitud como plomada. El granizo arrasará el refugio de la mentira, y las aguas inundarán el escondite.


yo os digo: «¡Ateneos a la ley y al testimonio!» Para quienes no se atengan a esto, no habrá un amanecer.


De lo que parecía ser su cintura para arriba, vi algo que brillaba como el metal bruñido, rodeado de fuego. De su cintura para abajo, vi algo semejante al fuego, y un resplandor a su alrededor.


Sus piernas eran rectas, y sus pies parecían pezuñas de becerro y brillaban como el bronce bruñido.


Luego el hombre me llevó al templo y midió los pilares, los cuales tenían tres metros de un lado y tres metros del otro.


Tomó la vara para medir el lado oriental, y este medía doscientos cincuenta metros.


Mientras el hombre estaba de pie a mi lado, oí que alguien me hablaba desde el templo.


El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos.


Miré entonces, y vi una figura de aspecto humano: de la cintura para abajo, ardía como fuego; de la cintura para arriba, brillaba como el metal bruñido.


Sus pies parecían bronce al rojo vivo en un horno, y su voz era tan fuerte como el estruendo de una catarata.


Se me dio una caña que servía para medir, y se me ordenó: «Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y calcula cuántos pueden adorar allí.


El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.


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