Ezequiel 2:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

⁴ Te estoy enviando a un pueblo obstinado y terco, al que deberás advertirle: “Así dice el Señor omnipotente”.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴ Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ Son un pueblo terco y duro de corazón. Ahora te envío a decirles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ Te envío donde esa raza de cabezas duras y de corazones obstinados para que les digas: ¡Esta es la palabra de Yavé...!

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ A hijos de rostro duro y obstinado corazón te envío, y les dirás: Así dice Adonay YHVH,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ Los hijos son unos desvergonzados y duros de corazón; a ellos, pues, voy a enviarte. Tú les dirás: 'Así dice el Señor Yahveh'.

Ezequiel 2:4 Referans Kwoze

1 Reyes 22:14

Pero Micaías repuso: ―Tan cierto como que vive el Señor, ten la seguridad de que yo le anunciaré al rey lo que el Señor me diga.

2 Crónicas 30:8

No seáis tercos, como vuestros antepasados. Someteos al Señor, y entrad en su santuario, que él consagró para siempre. Servid al Señor vuestro Dios, para que él retire su ardiente ira.

2 Crónicas 36:13

y además se rebeló contra el rey Nabucodonosor, a quien había jurado lealtad. Sedequías fue terco y, en su obstinación, no quiso volverse al Señor, Dios de Israel.

Salmos 95:8

no endurezcáis el corazón, como en Meribá, como aquel día en Masá, en el desierto,

Proverbios 21:29

El malvado es inflexible en sus decisiones; el justo examina su propia conducta.

Isaías 48:4

Porque yo sabía que eres muy obstinado; que tu cuello es un tendón de hierro, y que tu frente es de bronce.

Jeremías 1:7

Pero el Señor me dijo: «No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene.

Jeremías 3:3

Por eso se demoraron las lluvias, y no llegaron los aguaceros de primavera. Tienes el descaro de una prostituta; ¡no conoces la vergüenza!

Jeremías 36:21

El rey envió a Yehudi a buscar el rollo, y Yehudi lo tomó de la sala de Elisama y lo leyó en presencia del rey y de todos los jefes que estaban con él.

Jeremías 5:3

Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad? Golpeaste a esa gente, y no les dolió, acabaste con ellos, y no quisieron ser corregidos. Endurecieron su rostro más que una roca, y no quisieron arrepentirse.

Jeremías 6:15

¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada, ni saben siquiera lo que es la vergüenza! Por eso, caerán con los que caigan; cuando los castigue, serán derribados», dice el Señor.

Jeremías 8:12

¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada, y ni siquiera saben lo que es la vergüenza! Por eso, caerán con los que caigan; cuando los castigue, serán derribados —dice el Señor—.

Ezequiel 3:11

Ahora ve adonde están exiliados tus compatriotas. Tal vez te escuchen, tal vez no; pero tú adviérteles: “Así dice el Señor omnipotente”».

Ezequiel 3:27

Pero, cuando yo te hable, te soltaré la lengua y les advertirás: “Así dice el Señor omnipotente”. El que quiera oír, que oiga; y el que no quiera, que no oiga, porque son un pueblo rebelde.

Ezequiel 3:4

Otra vez me dijo: «Hijo de hombre, ve a la nación de Israel y proclámale mis palabras.

Ezequiel 3:7

Pero el pueblo de Israel no va a escucharte, porque no quiere obedecerme. Todo el pueblo de Israel es terco y obstinado.

Amós 7:15

Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”.

Zacarías 7:12

Para no oír las instrucciones ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor Todopoderoso había enviado con su Espíritu, endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el Señor Todopoderoso se llenó de ira.

Mateo 10:16

Os envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sed astutos como serpientes y sencillos como palomas.

Deuteronomio 10:16

Por eso, despójate de lo pagano que hay en tu corazón, y ya no seas terco.

Deuteronomio 31:27

pues sé cuán tercos y rebeldes sois. Si fuisteis rebeldes contra el Señor mientras viví con vosotros, ¡cuánto más lo seréis después de mi muerte!