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Ezequiel 2:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Me dijo: «Hijo de hombre, te voy a enviar a los israelitas. Es una nación rebelde que se ha sublevado contra mí. Ellos y sus antepasados se han rebelado contra mí hasta el día de hoy.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Hijo de hombre —me dijo—, te envío a la nación de Israel, un pueblo desobediente que se ha rebelado contra mí. Ellos y sus antepasados se han puesto en mi contra hasta el día de hoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 entonces oigo que me dice: 'Hijo de hombre, te envío donde los Israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres me han sido infieles hasta el día de hoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 que me decía: Hijo de hombre, Yo te envío a los hijos de Israel, a esos paganos rebeldes que se rebelaron contra mí. Tanto ellos como sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Me dijo: 'Hijo de hombre, voy a enviarte a los israelitas, a una nación de rebeldes que se han rebelado contra mí. Ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Ezequiel 2:3
42 Referans Kwoze  

Con todo, no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como lo habían sido sus antepasados, que no confiaron en el Señor su Dios.


Rechazaron los decretos y las advertencias del Señor y el pacto que él había hecho con sus antepasados. Se fueron tras ídolos inútiles, de modo que se volvieron inútiles ellos mismos; y, aunque el Señor lo había prohibido, siguieron las costumbres de las naciones vecinas.


Desde los días de nuestros antepasados hasta hoy, nuestra culpa ha sido grande. Debido a nuestras maldades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de los países vecinos. Hemos sufrido la espada, el cautiverio, el pillaje y la humillación, como nos sucede hasta hoy.


»Pero fueron desobedientes: se rebelaron contra ti, rechazaron tu ley, mataron a tus profetas que los convocaban a volverse a ti; ¡te ofendieron mucho!


Se sometieron al yugo de Baal Peor y comieron de las ofrendas a ídolos sin vida.


El Señor ha dictado esta sentencia: «Ay de los hijos rebeldes que ejecutan planes que no son míos, que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu, que amontonan pecado sobre pecado,


Pero el Señor me dijo: «No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene.


¡Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra desgracia! ¡Nosotros y nuestros antepasados hemos pecado contra el Señor nuestro Dios! Desde nuestra juventud y hasta el día de hoy, no hemos obedecido al Señor nuestro Dios».


«Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que desde los tiempos de Josías, desde que comencé a hablarte hasta ahora, te he dicho acerca de Israel, de Judá y de las otras naciones.


Entonces Jeremías le respondió a todo el pueblo, es decir, a los hombres y mujeres que le habían contestado:


―¿Pensáis que el Señor no se acuerda, o no se daba cuenta de que vosotros y vuestros antepasados, vuestros reyes y vuestros funcionarios, y todo el pueblo ofrecíais incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?


«Párate a la entrada de la casa del Señor, y desde allí proclama este mensaje: ¡Escuchad la palabra del Señor, todos vosotros, habitantes de Judá que entráis por estas puertas para adorar al Señor!


«Pregunta a este pueblo rebelde si tiene idea de lo que significa todo esto. Recuérdale que el rey de Babilonia vino a Jerusalén y se llevó a su país al rey de Judá y a sus funcionarios.


Cuéntale una parábola a este pueblo rebelde, y adviértele que así dice el Señor omnipotente: »“Coloca la olla sobre el fuego y échale agua.


Aquel hombre me dijo: «Hijo de hombre, abre los ojos y presta atención a todo lo que voy a mostrarte, pues para eso se te ha traído aquí. Ve luego y comunícale a Israel todo lo que veas».


Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”.


Desde la época de vuestros antepasados os habéis apartado de mis preceptos y no los habéis guardado. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros —dice el Señor Todopoderoso—. »Pero vosotros replicáis: “¿En qué sentido tenemos que volvernos?”


Luego Moisés y Aarón reunieron a la asamblea frente a la roca, y Moisés dijo: «¡Escuchad, rebeldes! ¿Acaso tenemos que sacaros agua de esta roca?»


»¡Tercos, duros de corazón y oídos! Vosotros sois iguales que vuestros antepasados: ¡Siempre resistís al Espíritu Santo!


¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»


¡Desde que os conozco habéis sido rebeldes al Señor!


¡Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob! Pasa por alto la terquedad de este pueblo, y su maldad y su pecado,


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