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Éxodo 14:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

13 ―No tengáis miedo —les respondió Moisés—. Mantened vuestras posiciones, que hoy mismo seréis testigos de la salvación que el Señor realizará en vuestro favor. A esos egipcios que hoy veis, ¡jamás volveréis a verlos!

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pero Moisés les dijo: —No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el Señor los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Moisés contestó al pueblo: '¡No se asusten, permanezcan firmes! Vean la obra de Yavé y cómo él los salva hoy. Miren a esos egipcios a los que nunca más volverán a ver.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Pero Moisés respondió al pueblo: ¡No temáis! ¡Estad firmes y ved la salvación de YHVH que Él hace hoy por vosotros, porque los egipcios que visteis hoy, no los volveréis a ver nunca más!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Moisés dijo al pueblo: 'No temáis; quedaos tranquilos y veréis la salvación que Yahveh llevará hoy a cabo en favor vuestro; pues a los egipcios que hoy veis, ya no los volveréis a ver más.

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Éxodo 14:13
36 Referans Kwoze  

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».


Esa noche se le apareció el Señor, y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Por amor a mi siervo Abraham, te bendeciré y multiplicaré tu descendencia».


―Yo soy Dios, el Dios de tu padre —le dijo—. No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.


»¡Señor, espero tu salvación!


―No tengas miedo —respondió Eliseo—. Los que están con nosotros son más que los que están con ellos.


los oficiales se plantaron en medio del campo y lo defendieron, matando a los filisteos. Así el Señor los salvó y les dio una gran victoria.


Y dijo Jahaziel: «Escuchad, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escucha también tú, oh rey Josafat. Así dice el Señor: “No tengáis miedo ni os acobardéis cuando veáis ese gran ejército, porque la batalla no es vuestra, sino mía.


Pero vosotros no tendréis que intervenir en esta batalla. Simplemente, quedaos quietos en vuestros puestos, para que veáis la salvación que el Señor os dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengáis miedo ni os acobardéis! Salid mañana contra ellos, porque yo, el Señor, estaré con vosotros”».


»En Egipto viste la aflicción de nuestros padres; junto al Mar Rojo escuchaste sus lamentos.


Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah


Dios aplastará la cabeza de sus enemigos, la testa enmarañada de los que viven pecando.


infundiéndoles confianza para que no temieran. Pero a sus enemigos se los tragó el mar.


No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.


En ese día el Señor salvó a Israel del poder de Egipto. Los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios tendidos a la orilla del mar.


―No tengáis miedo —les respondió Moisés—. Dios ha venido a poneros a prueba, para que sintáis temor de él y no pequéis.


Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.


Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está vuestra salvación, en la serenidad y la confianza está vuestra fuerza, ¡pero vosotros no lo queréis reconocer!


decid a los de corazón temeroso: «Sed fuertes, no tengáis miedo. Vuestro Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvaros».


Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador.


Dile que tenga cuidado y no pierda la calma; que no tema ante el enojo ardiente de Rezín el sirio, ni ante el hijo de Remalías; que no se descorazone a causa de esos dos tizones humeantes.


Ciertamente son un engaño las colinas, y una mentira el estruendo sobre las montañas. Ciertamente en el Señor nuestro Dios está la salvación de Israel.


Bueno es esperar calladamente que el Señor venga a salvarnos.


En cambio, tendré compasión de la tribu de Judá, y la salvaré; pero no por medio de arco, ni de espada ni de batallas, ni tampoco por medio de caballos y jinetes, sino por medio del Señor su Dios».


«Pero yo soy el Señor tu Dios desde que estabas en Egipto. No conocerás otro Dios fuera de mí, ni otro Salvador que no sea yo.


»Voy a destruirte, Israel, porque estás contra quien te ayuda.


Saliste a liberar a tu pueblo, saliste a salvar a tu ungido. Aplastaste al rey de la perversa dinastía, ¡lo desnudaste de pies a cabeza! Selah


¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos? ¿Estuviste airado contra las corrientes? ¿Tan enfurecido estabas contra el mar que cabalgaste en tus caballos y montaste en tus carros victoriosos?


Así que no os rebeléis contra el Señor ni tengáis miedo de la gente que habita en esa tierra. ¡Ya son pan comido! No tienen quién los proteja, porque el Señor está de parte nuestra. Así que, ¡no les tengáis miedo!


El ángel dijo a las mujeres: ―No tengáis miedo; sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.


con estas palabras: “¡Escucha, Israel! Hoy vas a entrar en batalla contra tus enemigos. No te desanimes ni tengas miedo; no te acobardes ni te llenes de pavor ante ellos,


―¡Nadie va a morir hoy! —intervino Saúl—. En este día el Señor ha librado a Israel.


»Y ahora, prestadme atención y observad con vuestros propios ojos algo grandioso que el Señor va a hacer.


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