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Daniel 4:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

27 Por lo tanto, oh rey, yo te ruego que aceptes el consejo que te voy a dar: Renuncia a tus pecados y actúa con justicia; renuncia a tu maldad y sé bondadoso con los oprimidos. Tal vez entonces tu prosperidad vuelva a ser la de antes».

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Biblia Reina Valera 1960

27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 »”Rey Nabucodonosor, por favor, acepte mi consejo. Deje de pecar y haga lo correcto. Apártese de su perverso pasado y sea compasivo con los pobres. Quizá, entonces, pueda seguir prosperando”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 el rey comentaba: '¿No es esta la gran Babilonia que construí con mi poder y mi fuerza, la que he convertido en mi residencia real y que será la gloria de mi reino?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: redime tus pecados con justicia, y borra tus iniquidades mostrando misericordias para con los oprimidos, por si tal vez pueda haber una prolongación de tu tranquilidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 el rey dijo: '¿No es ésta la gran Babilonia que yo he construido para residencia real con el poder de mi fuerza y para gloria de mi majestad?'.

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Daniel 4:27
44 Referans Kwoze  

Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».


«¿Has notado cómo Acab se ha humillado ante mí? Por cuanto se ha humillado, no enviaré esta desgracia mientras él viva, sino que la enviaré a su familia durante el reinado de su hijo».


Hablaré de tus estatutos a los reyes y no seré avergonzado,


Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría.


Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal.


Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón.


Porque afirma: «Esto lo hizo el poder de mi mano; lo hizo mi sabiduría, porque soy inteligente. He cambiado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros; como un guerrero poderoso he derribado a sus reyes.


Tú has confiado en tu maldad, y has dicho: “Nadie me ve”. Tu sabiduría y tu conocimiento te engañan cuando a ti misma te dices: “Yo soy, y no hay otra fuera de mí”.


»Ahora escucha esto, voluptuosa; tú, que moras confiada y te dices a ti misma: “Yo soy, y no hay otra fuera de mí. Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos”.


Además, buscad el bienestar de la ciudad adonde os he deportado, y pedid al Señor por ella, porque vuestro bienestar depende del bienestar de la ciudad».


Jeremías le contestó: ―Obedece la voz del Señor que yo te estoy comunicando, y no caerás en manos de los babilonios. Así te irá bien, y salvarás tu vida.


No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo.


Adviértele que así dice el Señor omnipotente: »“A ti, Faraón, rey de Egipto, gran monstruo que yaces en el cauce de tus ríos, que dices: ‘El Nilo es mío, el Nilo es mi creación’, ¡te declaro que estoy en tu contra!


La tierra de Egipto se convertirá en desolación. Entonces sabrán que yo soy el Señor. Tú dijiste: ‘El Nilo es mío, el Nilo es mi creación’.


Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de sí una bendición. Las ofrendas de cereales y las libaciones son del Señor vuestro Dios.


Vosotros os regocijáis por la conquista de Lo Debar y agregáis: «¿No fue con nuestras propias fuerzas como nos apoderamos de Carnayin?»


¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos».


Son un viento que a su paso arrasa todo; su pecado es hacer de su fuerza un dios».


Esta es la ciudad alegre que habitaba segura, la que se decía a sí misma: «Yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado convertida en espanto, en guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella se mofa y le hace gestos con las manos.


Producid frutos que demuestren arrepentimiento.


Dad más bien a los pobres de lo que está dentro, y así tendréis todo limpio.


Al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix tuvo miedo y le dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando sea oportuno te mandaré llamar otra vez».


Al contrario, comenzando con los que estaban en Damasco, siguiendo con los que estaban en Jerusalén y en toda Judea, y luego con los gentiles, a todos les prediqué que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, y que demostraran su arrepentimiento con sus buenas obras.


Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al Señor. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención.


Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para vuestra conciencia.


Os hablo así, hermanos, porque habéis sido llamados a ser libres; pero no os valgáis de esa libertad para dar rienda suelta a vuestras pasiones. Más bien servíos unos a otros con amor.


En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,


En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.


El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.


Devuélveselo antes de la puesta del sol, para que se cubra con él durante la noche. Así estará él agradecido contigo, y tú habrás actuado con justicia a los ojos del Señor tu Dios.


Pero temí las provocaciones del enemigo; temí que el adversario no entendiera y llegara a pensar: ‘Hemos triunfado; nada de esto lo ha hecho el Señor’ ”.


No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”.


Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.


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