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Cantares 2:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

14 Paloma mía, que te escondes en las grietas de las rocas, en las hendiduras de las montañas, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; pues tu voz es placentera y hermoso tu semblante.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Mi paloma se esconde detrás de las rocas, detrás de un peñasco en el precipicio. Déjame ver tu cara; déjame oír tu voz. Pues tu voz es agradable, y tu cara es hermosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Paloma mía, que te escondes en las grietas de las rocas, en apartados riscos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y amoroso tu semblante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¡Oh paloma mía! Tú, que anidas° en las hendiduras de la peña, En las grietas de la escarpa: ¡Muéstrate! ¡Hazme oír tu voz! Porque dulce es tu voz, Y agraciado tu rostro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Paloma mía que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa.

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Cantares 2:14
41 Referans Kwoze  

Y, aunque lo llamara y me respondiera, no creo que me concediera audiencia.


Tus tropas estarán dispuestas el día de la batalla, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud.


Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!


El rey está cautivado por tu hermosura; él es tu señor: inclínate ante él.


La gente de Tiro vendrá con presentes; los ricos del pueblo buscarán tu favor.


Quien me ofrece su gratitud, me honra; al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación».


alas de paloma cubiertas de plata, con plumas de oro resplandeciente. Tú te quedaste a dormir entre los rebaños».


No entregues a las fieras la vida de tu tórtola; no te olvides, ni ahora ni nunca, de la vida de tus pobres.


Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.


El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos.


¡Cuán bella eres, amada mía! ¡Cuán bella eres! ¡Tus ojos son dos palomas!


Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén; morena como las tiendas de Cedar, hermosa como los tapices de Salmá.


Si no lo sabes, bella entre las bellas, ve tras la huella del rebaño y apacienta a tus cabritos junto a las moradas de los pastores.


Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Y oí una voz! ¡Mi amado estaba a la puerta! «Hermana, amada mía; preciosa paloma mía, ¡déjame entrar! Mi cabeza está empapada de rocío; la humedad de la noche corre por mi pelo».


Tú, que reinas en los jardines, pendientes de tu voz están nuestros amigos; ¡déjanos escucharla!


Se meterá en las grutas de las rocas y en las hendiduras de los peñascos, ante el terror del Señor y el esplendor de su majestad, cuando él se levante para hacer temblar la tierra.


Sin duda, el Señor consolará a Sión; consolará todas sus ruinas. Convertirá en un Edén su desierto; en huerto del Señor sus tierras secas. En ella encontrarán alegría y regocijo, acción de gracias y música de salmos.


Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»


»¿Quiénes son los que pasan como nubes, y como palomas rumbo a su palomar?


Habitantes de Moab, ¡abandonad las ciudades y vivid entre las rocas! Sed como las palomas que anidan al borde de los precipicios.


Tú, que habitas en las hendiduras de las rocas; tú, que ocupas las alturas de los montes: fuiste engañado por el terror que infundías y por el orgullo de tu corazón. Aunque pongas tu nido tan alto como el del águila, desde allí te haré caer —afirma el Señor—.


Los que logren escapar se quedarán en las montañas como palomas del valle, cada uno llorando por su maldad.


»”Tú, Señor, eres justo. Nosotros, en cambio, somos motivo de vergüenza en este día; nosotros, pueblo de Judá, habitantes de Jerusalén y de todo Israel, tanto los que vivimos cerca como los que se hallan lejos, en todos los países por los que nos has dispersado por haberte sido infieles.


Tu carácter soberbio te ha engañado. Como habitas en las hendiduras de los desfiladeros, en la altura de tu morada, te dices a ti mismo: ¿Quién podrá arrojarme a tierra?


Os envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sed astutos como serpientes y sencillos como palomas.


Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él.


para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable.


Pero ahora Dios, a fin de presentaros santos, intachables e irreprochables delante de él, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte,


Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.


Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.


Que vuestra belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios.


¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardaros para que no caigáis y presentaros sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia,


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.


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