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2 Reyes 25:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

9 y le prendió fuego al templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Quemó por completo el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Destruyó todos los edificios importantes de la ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Quemó la casa de Yavé, el palacio real y todas las casas de Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y quemó la Casa de YHVH, y el palacio real, y todas las casas de Jerusalem, y también prendió fuego a todas las casas de los nobles.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Incendió el templo de Yahveh, el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió también fuego a todas las casas importantes.

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2 Reyes 25:9
30 Referans Kwoze  

yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado y repudiaré el templo que he consagrado en mi honor. Entonces Israel será el hazmerreír de todos los pueblos.


Y, aunque ahora este templo es imponente, llegará el día en que todo el que pase frente a él quedará asombrado y, en son de burla, preguntará: “¿Por qué el Señor ha tratado así a este país y a este templo?”


Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a sus palacios y destruyeron todos los objetos de valor que allí había.


Pero, como nuestros antepasados provocaron a ira al Dios del cielo, él los entregó en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo que destruyó este templo y que llevó al pueblo cautivo a Babilonia.


Oh Dios, los pueblos paganos han invadido tu herencia; han profanado tu santo templo, han dejado en ruinas Jerusalén.


No te enojes demasiado, Señor; no te acuerdes siempre de nuestras iniquidades. ¡Considera, por favor, que todos somos tu pueblo!


Pero, si no obedecéis mi mandato de observar el reposo del sábado, y de no llevar carga al entrar en sábado por las puertas de Jerusalén, entonces les prenderé fuego a sus puertas, que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén’ ”».


¿Por qué has profetizado en el nombre del Señor que esta casa se quedará como Siló, y que esta ciudad quedará desolada y deshabitada?» Y todo el pueblo que estaba en la casa del Señor se abalanzó sobre Jeremías.


«Así dice el Señor, el Dios de Israel: “Ve y adviértele a Sedequías, rey de Judá, que así dice el Señor: ‘Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la incendiará.


Voy a dar una orden —afirma el Señor—, y los haré volver a esta ciudad. La atacarán y, después de tomarla, la incendiarán. Dejaré a las ciudades de Judá en total desolación, sin habitantes”».


Y aunque derrotaseis a todo el ejército babilonio, y solo quedaran en sus campamentos algunos hombres heridos, estos se levantarían e incendiarían esta ciudad”».


Los babilonios regresarán para atacar esta ciudad, y la capturarán y la incendiarán’ ”.


Los babilonios prendieron fuego al palacio real y a las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.


llegaron de Siquén, Siló y Samaria ochenta hombres con la barba afeitada, la ropa rasgada y el cuerpo lleno de cortaduras que ellos mismos se habían hecho. Traían ofrendas de cereales, e incienso, para presentarlas en la casa del Señor.


y le prendió fuego al templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes.


lo mismo que hice con Siló haré con esta casa que lleva mi nombre y en la que vosotros confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros antepasados.


El enemigo se adueñó de todos los tesoros de Jerusalén; vio ella penetrar en su santuario a las naciones paganas, a las que tú prohibiste entrar en tu asamblea.


El Señor ha rechazado su altar; ha abandonado su santuario. Ha puesto en manos del enemigo las murallas de sus palacios. ¡Lanzan gritos en la casa del Señor como en día de fiesta!


porque el monte Sión se halla desolado, y sobre él rondan los chacales.


Y el Señor le dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre las ruedas que están debajo de los querubines, toma un puñado de las brasas que están entre los querubines y espárcelas por toda la ciudad». Y el hombre se metió allí, mientras yo miraba.


Incendiarán tus casas, y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución, y ya no volverás a pagarles a tus amantes.


convertiré en ruinas vuestras ciudades y asolaré vuestros santuarios. No me complaceré más en el aroma de vuestras ofrendas, que me era grato.


Os dispersaré entre las naciones: desenvainaré la espada, y os perseguiré hasta dejar desolada vuestra tierra, y en ruinas vuestras ciudades.


Por eso yo enviaré fuego contra Judá, que consumirá las fortalezas de Jerusalén».


Mira, el Señor da la orden de golpear la casa grande hasta hacerla añicos y de hacer trizas la casa pequeña.


Por lo tanto, por culpa vuestra Sión será como un campo arado; Jerusalén quedará en ruinas, y el monte del templo se volverá un matorral.


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