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2 Reyes 25:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

4 se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los babilonios la tenían cercada, todo el ejército se escapó de noche por la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá,

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Biblia Reina Valera 1960

4 Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad; y el rey se fue por el camino del Arabá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces abrieron una brecha en la muralla de la ciudad. Como la ciudad estaba rodeada por los babilonios, los soldados esperaron hasta la caída del sol y escaparon por la puerta que está entre las dos murallas detrás del jardín real. Entonces se dirigieron al valle del Jordán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Abrieron entonces un boquete en el muro y, de noche, huyeron todos los soldados por la Puerta-entre-las dos-murallas que da al jardín del rey, y tomaron el camino del desierto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y abierta ya una brecha° en la ciudad, mientras los caldeos tenían la ciudad cercada en derredor, todos los hombres de guerra huyeron de noche por el camino del portón, entre los dos muros, que estaba junto al jardín del rey, y se° fue camino del Arabá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Los de la ciudad abrieron una brecha y todos los hombres de guerra huyeron de noche por el camino de la puerta que había entre los dos muros del jardín real, y aunque los caldeos tenían cercada la ciudad, se fueron por el camino de la estepa.

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2 Reyes 25:4
26 Referans Kwoze  

pero el ejército babilonio persiguió a Sedequías hasta alcanzarlo en la llanura de Jericó. Sus soldados se dispersaron, abandonándolo,


Armándose de valor, Ezequías reconstruyó toda la muralla que había sido derribada y levantó torres sobre ella; también construyó un muro exterior, fortificó los terraplenes de la Ciudad de David y mandó fabricar muchas lanzas y escudos.


Salún hijo de Coljozé, gobernador del distrito de Mizpa, reconstruyó la puerta de la Fuente, la techó y la colocó en su lugar con sus cerrojos y barras. Reconstruyó también el muro del estanque de Siloé, que está junto al jardín del rey, hasta las gradas que llevan a la Ciudad de David.


entre los dos muros construisteis un depósito para las aguas del estanque antiguo, pero no os fijasteis en quien lo hizo, ni considerasteis al que hace tiempo lo planeó.


Todos tus jefes huyeron juntos, pero fueron capturados sin haber disparado el arco. Todos tus prisioneros fueron capturados mientras trataban de huir.


y Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los babilonios, sino que será entregado en manos del rey de Babilonia y tendrá que enfrentarse con él cara a cara”.


Y tú no te escaparás de su poder, porque ciertamente serás capturado y entregado en sus manos. Tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y él te hablará cara a cara, y serás llevado a Babilonia’.


Pero, si no te rindes ante los jefes del rey de Babilonia, la ciudad caerá bajo el poder de los caldeos, y será incendiada, y tú no tendrás escapatoria”.


La rodean como quien cuida un campo, porque ella se rebeló contra mí —afirma el Señor—.


Ante el ruido de arqueros y jinetes huye toda la ciudad. Algunos se meten en los matorrales, otros trepan por los peñascos. Toda la ciudad queda abandonada; ¡no queda un solo habitante!


Así dice el Señor: ‘Voy a entregar al faraón Hofra, rey de Egipto, en poder de los enemigos que atentan contra su vida, tal como entregué a Sedequías, rey de Judá, en poder de su enemigo Nabucodonosor, rey de Babilonia, que atentaba contra su vida’ ”».


»Subid por los surcos de esta viña y arrasadla, pero no acabéis con ella. Arrancadle sus sarmientos, porque no son del Señor.


Humillada, cargada de cadenas, Judá marchó al exilio. Una más entre las naciones, no encuentra reposo. Todos sus perseguidores la acosan, la ponen en aprietos.


La bella Sión ha perdido todo su antiguo esplendor. Sus príncipes parecen venados que vagan en busca de pastos. Exhaustos, se dan a la fuga frente a sus perseguidores.


Y vuestro gobernante se echará el equipaje al hombro, y saldrá de noche por un boquete que abrirán en el muro. Se cubrirá la cara para no ver la tierra.


Dispersaré a los cuatro vientos a todos los que lo rodean, tanto a sus ayudantes como a todas sus tropas, y los perseguiré espada en mano.


Saca tu equipaje a plena luz del día, a la vista de todos, y al caer la tarde ponte en marcha, a la vista de todos, como quien va al exilio.


El día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que había huido de Jerusalén vino y me dio esta noticia: «La ciudad ha sido conquistada».


Yo os negaré mi favor, y vuestros adversarios os derrotarán. Vuestros enemigos os dominarán, y vosotros huiréis sin que nadie os persiga.


»En cuanto a los que sobrevivan, tan profundo será el temor que les infundiré en tierra de sus enemigos que hasta el susurro de una hoja movida por el viento los pondrá en fuga. Correrán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.


«Así dice el Señor Todopoderoso: »“Para Judá, los ayunos de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo serán motivo de gozo y de alegría, y de animadas festividades. Amad, pues, la verdad y la paz”.


»El Señor hará que te derroten tus enemigos. Avanzarás contra ellos en perfecta formación, pero huirás en desbandada. ¡Todos los reinos de la tierra te humillarán!


¿Cómo podría un hombre perseguir a mil si su Roca no los hubiera vendido? ¿Cómo podrían dos hacer huir a diez mil si el Señor no los hubiera entregado?


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