Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





1 Timoteo 2:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

8 Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Deseo que en cada lugar de adoración los hombres oren con manos santas, levantadas a Dios, y libres de enojo y controversia.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Quiero, pues, que en todo lugar donde los hombres estén orando levanten al cielo manos limpias de todo enojo y discusión.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Quiero pues que los varones oren° en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar levantando sus manos piadosas, sin ira ni altercados.

Gade chapit la Kopi




1 Timoteo 2:8
48 Referans Kwoze  

de modo que le dijo: ―Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos, sino discernimiento para administrar justicia,


pero mis manos están libres de violencia, y es pura mi oración.


Elevad vuestras manos hacia el santuario y bendecid al Señor.


Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.


Solo el de manos limpias y corazón puro, el que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos.


Con manos limpias e inocentes camino, Señor, en torno a tu altar,


Oye mi voz suplicante, cuando a ti acudo en busca de ayuda, cuando tiendo los brazos hacia tu lugar santísimo.


pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones!


Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré.


Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado;


El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos.


El sacrificio de los malvados es detestable, y más aún cuando se ofrece con mala intención.


Cuando levantáis vuestras manos, yo aparto de vosotros mis ojos; aunque multipliquéis vuestras oraciones, no las escucharé, pues tenéis las manos llenas de sangre.


―Os aseguro que, si tenéis fe y no dudáis —respondió Jesús—, no solo haréis lo que he hecho con la higuera, sino que podréis decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará.


Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen,


Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.


―Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.


Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo.


―Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.


Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente.


y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tus obras de beneficencia.


―¿Qué quieres, Señor? —le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo. ―Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —le contestó el ángel—.


Pero, al cabo de algunos días, partimos y continuamos nuestro viaje. Todos los discípulos, incluso las mujeres y los niños, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad, y allí en la playa nos arrodillamos y oramos.


Luego cayó de rodillas y gritó: ―¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.


a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:


En realidad, preferiría que todos fuerais como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: este posee uno; aquel, otro.


Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.


Hermanos, quiero que sepáis que, en realidad, lo que me ha pasado ha contribuido al avance del evangelio.


Partiendo de vosotros, el mensaje del Señor se ha proclamado no solo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado vuestra fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada.


Por eso exhorto a las viudas jóvenes a que se casen y tengan hijos, y a que lleven bien su hogar y no den lugar a las críticas del enemigo.


Este mensaje es digno de confianza, y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos.


Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.


Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. ¡Pecadores, limpiaos las manos! ¡Vosotros los inconstantes, purificad vuestro corazón!


De igual manera, vosotros esposos, sed comprensivos en vuestra vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos sois herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará vuestras oraciones.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite