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1 Tesalonicenses 4:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

17 Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Luego, junto con ellos, nosotros, los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Después nosotros, los vivos, los que todavía estemos, nos reuniremos con ellos, llevados en las nubes al encuentro del Señor, allá arriba. Y estaremos con el Señor para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 después nosotros, los que vivimos, los supervivientes, seremos arrebatados juntamente con ellos entre nubes, por el aire, al encuentro del Señor. Y así estaremos siempre con el Señor.

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1 Tesalonicenses 4:17
33 Referans Kwoze  

¡Qué sé yo a dónde te va a llevar el Espíritu del Señor cuando nos separemos! Si voy y le digo a Acab que tú estás aquí, y luego él no te encuentra, ¡me matará! Ten en cuenta que yo, tu siervo, he sido fiel al Señor desde mi juventud.


Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino.


―Mira —le dijeron—, aquí se encuentran, entre nosotros tus siervos, cincuenta hombres muy capaces, que pueden ir a buscar a tu maestro. Quizás el Espíritu del Señor lo tomó y lo arrojó en algún monte o en algún valle. ―No —respondió Eliseo—, no los mandéis.


Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha.


Pero yo en justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte.


Pero Dios me rescatará de las garras del sepulcro y con él me llevará. Selah


Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria.


Y volverán los rescatados por el Señor, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.


»En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venía entre las nubes del cielo. Se acercó al venerable Anciano y fue llevado a su presencia,


―Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo os digo a todos: De ahora en adelante veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.


―Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.


Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.


Y, si me voy y os lo preparo, vendré para llevaros conmigo. Así estaréis donde yo esté.


»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.


Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista.


Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, pero siguió alegre su camino.


en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados.


Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor.


Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor,


Que os fortalezca interiormente para que, cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos, vuestra santidad sea intachable delante de nuestro Dios y Padre.


Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto.


Por lo tanto, animaos unos a otros con estas palabras.


Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos con él.


Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia.


¡Mirad que viene en las nubes! Y todos le verán con sus propios ojos, incluso quienes le traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén.


Entonces los dos testigos oyeron una potente voz del cielo que les decía: «Subid aquí». Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.


Ella dio a luz un hijo varón que «gobernará a todas las naciones con puño de hierro». Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono.


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