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1 Reyes 20:35 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

35 En obediencia a la palabra del Señor, un miembro de la comunidad de profetas le dijo a otro: ―¡Golpéame! Pero aquel se negó a hacerlo.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro no quiso herirle.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Mientras tanto, el Señor le ordenó a un miembro del grupo de profetas que le dijera a otro: «¡Golpéame!»; pero el hombre se negó a golpearlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 En ese mismo momento un hermano profeta decía a su compañero por orden de Yavé: '¡Pégame!' Pero el otro no quiso pegarle.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Entonces cierto varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero, por la palabra de YHVH: ¡Golpéame ahora! Pero el hombre rehusó golpearle.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Uno de los hijos de los profetas dijo a su compañero por orden de Yahveh: '¡Hiéreme, por favor!'. Pero él se negó a herirle.

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1 Reyes 20:35
15 Referans Kwoze  

Los profetas de Jericó, al verlo, exclamaron: «¡El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo!» Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, rostro en tierra.


La viuda de un miembro de la comunidad de los profetas le suplicó a Eliseo: ―Mi esposo, tu siervo, ha muerto, y tú sabes que él era fiel al Señor. Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.


Eliseo regresó a Guilgal y se encontró con que en esos días había mucha hambre en el país. Por tanto, se reunió con la comunidad de profetas y le ordenó a su criado: «Pon esa olla grande en el fogón y prepara un guisado para los profetas».


Aquí me tenéis, con los hijos que el Señor me ha dado. Somos en Israel señales y presagios del Señor Todopoderoso, que habita en el monte Sión.


Toma una plancha de hierro y colócala como un muro entre tú y la ciudad, y fija tu mirada contra ella. De esa manera quedará sitiada: tú mismo la sitiarás. Eso les servirá de señal a los israelitas.


Amós le respondió a Amasías: ―Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que cuido ovejas y cultivo higueras.


Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.


Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto.


Alguien que vivía allí replicó: ―¿Y quién es el responsable de ellos? De ahí viene el dicho: «¿Acaso también Saúl es uno de los profetas?»


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