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1 Reyes 19:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

5 Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido. De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Entonces se acostó y durmió debajo del árbol. Mientras dormía, un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate y come!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Se acostó y se quedó dormido. Un ángel tocó a Elías y le dijo: 'Levántate y come'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y recostándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí el ángel lo tocó y le dijo: ¡Levántate y come!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Luego se tendió y se quedó dormido debajo de la retama. Pero he aquí que un ángel le tocó y le dijo: '¡Levántate y come!'.

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1 Reyes 19:5
12 Referans Kwoze  

y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados».


Elías miró a su alrededor y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes y un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse.


Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta.


El ángel del Señor acampa en torno a los que lo temen; a su lado está para librarlos.


mientras me decía: “Voy a darte a conocer lo que sucederá cuando llegue a su fin el tiempo de la ira de Dios, porque el fin llegará en el momento señalado.


Se acercaba la hora del sacrificio vespertino. Y mientras yo seguía orando, el ángel Gabriel, a quien había visto en mi visión anterior, vino en raudo vuelo a verme


Entonces el ángel que hablaba conmigo volvió y me despertó, como a quien se despierta de su sueño.


De repente apareció un ángel del Señor y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro con unas palmadas en el costado y le dijo: «¡Date prisa, levántate!» Las cadenas cayeron de las manos de Pedro.


¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?


Manteneos libres del amor al dinero, y contentaos con lo que tenéis, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré».


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